EL PAÍS 19/10/13
Duran advierte de que no votará una declaración unilateral de independencia
- Cuatro consejeros de Mas y un cargo de CiU cuestionan el plan soberanista
- Miquel Roca dice que el escenario de ruptura le produce “angustia”
- CDC y Unió vuelven a la greña por las palabras de Duran
- Duran almuerza con Navarro para buscar el acercamiento del PSC a la tercera vía
Convergència i Unió, el matrimonio político que más poder ha gestionado en Cataluña desde la llegada de la democracia, habla ya de divorcio como una posibilidad real. La agenda soberanista que impulsa Artur Mas con sus socios de ERC y que cada vez produce mayores roces con el líder de Unió, Josep Antoni Duran, puede dividir la federación, según reconoció este jueves éste último. “Si hay un momento determinado en que los planteamientos de CDC puedan ser insostenibles para UDC y al revés, esto podría romperse”, admitió ayer Duran al ser preguntado por la posibilidad de unas elecciones catalanas en clave plebiscitaria en las que CiU adopte un programa nítidamente independentista.
Pero el divorcio puede llegar por otras vías. Los dirigentes de Convergència, por su parte, están convencidos de que Duran y su cuestionamiento del proceso soberanista están erosionando las expectativas electorales de la federación y aseguran, en privado, que éste no puede volver a ser candidato de la coalición si no varía su discurso. O sea, que la continuidad de CiU, o como mínimo la de Duran como candidato, pasa porque o él o Mas den un giro de 180 grados en sus respectivos rumbos.
El líder democristiano no es optimista en lo relativo a sus relaciones con Convergència. En una entrevista en Los Desayunos de RTVE Duran aseguró que “quizá la continuidad no pueda ser tan buena en el futuro como lo ha sido en el pasado”. Lo dijo tras desmarcarse abiertamente de cualquier plan que no sea una consulta acordada con el Gobierno central. El plan alternativo de Convergència si esa consulta no puede celebrarse es convocar unas elecciones en las que los partidos se pronuncien claramente a favor o en contra de la independencia. Duran rechazaría en este caso continuar con Convergència. Pero en caso de celebrarse la consulta la ruptura también es posible si la pregunta fuera solo independencia sí o no. “Esta opción no sería la que aglutinaría más partidos”, avisó ayer.
La tensión entre Convergència i Unió hace tiempo que ha superado los limites a los que ambos partidos se habían acostumbrado con los años. “No podemos ir a unas elecciones, las que sean, con Duran como candidato”, aseguraba la semana pasada en los pasillos del Parlamento autónomo un alto dirigente de Convergència. Otro miembro de la cúpula nacionalista insiste en este planteamiento: “No podemos entrar en el próximo círculo electoral sin haber resuelto los problemas con Duran y Unió; sería muy perjudicial”.
Duran conoce el rechazo que genera en los sectores más soberanistas de la federación. Incluso ha admitido públicamente que no sabe si volverá a ser candidato. También ha comenzado a hacer discretos movimientos para preparar un eventual relevo en el seno de Unió Democràtica, el partido que ha dirigido con mano de hierro y con solo una breve interrupción desde 1982.
Hay tres candidatos posibles para relevar al líder democristiano. Ramon Espadaler, consejero de Interior de la Generalitat, es el que tiene más bazas y goza del apoyo del propio Duran, explican fuentes de Unió. El secretario general del partido y consejero de Agricultura Josep María Pelegrí es el otro candidato natural, pero tiene menos apoyos. También jugará sus cartas la vicepresidenta de la Generalitat, Joan Ortega, quien no aspira a liderar el partido pero sí a tener un papel importante en él dado el amplio apoyo que tiene entre las bases.Unió incluso tenía previsto un calendario para que Duran escenificara el relevo. Aprovechando el congreso que el partido celebrará en febrero para reformar sus Estatutos, Duran había barajado la posibilidad de señalar claramente en él a su sucesor, aunque sin cederle todo el poder. Sin embargo, fuentes de la dirección explican que este calendario ha quedado de nuevo aplazado debido a la convulsión política que vive ahora Cataluña.
“Duran considera que retirarse en este momento no sería bueno, especialmente porque el nuevo candidato necesita tiempo para rodarse”, explican las mismas fuentes. Lo cierto es que el líder democristiano no tiene un papel fácil. Cuestionado abiertamente por la dirección de Convergència tampoco tiene el control total de Unió, como sí lo tenía años atrás. El partido democristiano tiene también un minoritario pero creciente sector soberanista que no comulga con la “tercera vía” que plantea Duran entre la independencia y el mantenimiento del actual modelo autonómico. Este sector cree que la retirada de Duran le permitiría ganar peso en Unió.