ABC 11/10/13
· Los independentistas vinculan a Ciudadanos y al PP con el nazismo ante la indiferencia del Parlamento catalán.
Un mes después de la celebración de la Diada y a punto de celebrarse en Cataluña la festividad del 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, la tensión política en la comunidad crece día a día. En este sentido, y con las entidades a favor de la unidad de España volcadas en la convocatoria del acto que se celebrarará en el centro de Barcelona mañana al mediodía junto con el PP y Ciudadanos, la pretensión de vincular esa concentración con la extrema derecha y hasta con el nazismo –bien de forma difusa, bien directamente– está enervando los ánimos.
Los partidos constitucionalistas y las entidades convocantes denuncian en este sentido una campaña para intentar desinflar la convocatoria que, como sucedió en la de 2012, se intuye multitudinaria. La coincidencia de una manifestación «ultra» en Barcelona el mismo día, o el ataque a la sede de la Generalitat en Madrid el 11 de septiembre, son elementos que se están mezclando para «intoxicar» el ambiente, según los convocantes del acto que, con el lema «Som Catalunya, somos España», pretende hacer frente a la oleada soberanista en la comunidad.
Una muestra de este ambiente se vivió ayer por la tarde en el Parlamento catalán, en lo que fue uno de los momentos más tensos de la presente y de la anterior legislatura, con acusaciones cruzadas entre los partidos de crispar la relación política. Los hechos sucedieron durante la tramitación de una moción presentada por ICV en la que, entre otras demandas, se condenaba el enaltecimiento de los regímenes totalitarios y se pedía la destitución de la delegada del Gobierno, Llanos de Luna, por participar en un acto junto a veteranos de la División Azul.
El criterio de la presidenta de la cámara, Núria de Gispert, al conceder o negar la palabra a los diputados —concretamente a uno de C’s, que aludió en su intervención al acto del 12-O—, tensó hasta tal punto los ánimos que los diputados del PP y de C’s abandonaron el hemiciclo, donde un edil de la CUP les acusó de manifestarse mañana junto a la extrema derecha y grupos nazis. En un momento se pudo escuchar a De Gispert un «no tienen vergüenza», en alusión a populares y C’s.
«Partidista y sectario»
Tras el debate, el líder de C’s, Albert Rivera, consideró «inexplicable» lo ocurrido en el hemiciclo, y aclaró que, al abandonarlo, su grupo expresaba su indignación por la «criminalización que se hace de la gente que quiere manifestarse el día 12». Rivera acusó a la consejería de Interior de «caldear el ambiente» ante la manifestación convocada. Paralelamente, la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, lamentó el «comportamiento partidista y sectario» de la presidencia de la cámara, acusando horas antes al presidente de la Generalitat, Artur Mas, de desdeñar a «una mayoría silenciosa que quiere dejar de ser silenciosa y quiere defender una Cataluña en libertad».
Mas recibe al 12-O
Frente a esta visión, el resto de los grupos acusaron a los partidos constitucionalistas de todo lo contrario. Para Jordi Turull (CiU) se trata de una «estrategia de tensar el ambiente» de aquellos que «no saben perder», con el objetivo de convertir la cámara en un «plató para un anuncio publicitario de cara al día 12». Precisamente, el presidente catalán se vio forzado ayer a recibir a los convocantes del acto «Som Catalunya, somos España», quienes también mantuvieron reuniones con los grupos de C’s y del PP, así como con la delegada Llanos de Luna. Tras la reunión, la Generalitat invitó a los manifestantes a que defiendan la consulta para poder expresar sus ideas.
ABC 11/10/13