Ciudadanos avanza sin pausa hacia la conquista del espacio electoral ocupado tradicionalmente por el PP, según datos de Metroscopia que reflejan que los populares corren el riesgo de ser desplazados a medio plazo. La dimisión de Cristina Cifuentes se ha unido a la falta de una solución al reto independentista en Cataluña y a una catarata de casos de corrupción para formar una tormenta perfecta que rodea de dudas el futuro de la formación de Mariano Rajoy, según los expertos. Con las elecciones de 2019 en el horizonte, el 63% de los votantes del PP afirma que Ciudadanos tiene el mejor proyecto, el 57% señala a esta formación como la que más ilusión les genera, y el 79% aprueba a Albert Rivera. Datos que alimentan el fantasma de una crisis política que solo tiene el precedente de la UCD.
«Somos el partido original del centro derecha». «¡Cabeza alta!». «Inexpertos lenguaraces». «Colección de parlanchines». Todas esas frases han sido pronunciadas en el último mes por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Todas se refieren al pulso que enfrenta al PP y a Ciudadanos para seducir al electorado de centro-derecha. Y todas reflejan que las alarmas llevan sonando meses en la sede nacional de Génova, donde se observa con la máxima preocupación el auge de las expectativas electorales de la formación de Rivera y el hundimiento de la de Rajoy.
¿Qué está pasando? Que Ciudadanos está capitalizando el éxito de Inés Arrimadas en las elecciones autonómicas de Cataluña, el desgaste del Gobierno de Rajoy y su propia apuesta estratégica por hacerse con banderas que tradicionalmente ha monopolizado la formación conservadora.
La victoria de Arrimadas
«Hasta hace relativamente poco, un porcentaje considerable del electorado no veía a Ciudadanos como un partido con posibilidades de ganar», opina el politólogo Roger Senserrich sobre el punto de inflexión que ha supuesto el triunfo electoral de Arrimadas en Cataluña. «Votar a Ciudadanos, para alguien de derechas, podía ser entendido como facilitar que ganara la izquierda, fuera por la fragmentación del voto, fuera porque Ciudadanos apoyaría al PSOE», sigue. «Ahora, este cálculo cambia», añade. «El PP ha perdido ese voto útil que infló sus resultados en las últimas elecciones, y lo está pagando», advierte. Y subraya: «El factor más importante, sin embargo, es que el PP realmente se merece el castigo electoral: la legislatura está siendo nula en materia legislativa, la recuperación económica sigue sin llegar a una parte significativa de la población, y en el tema estrella de la derecha, Cataluña, están fracasando».
«Es complicado satisfacer a todos desde el Gobierno. En cambio, desde la oposición es más fácil», argumenta Berta Barbet, politóloga y doctora en Ciencias Políticas por la de Leicester. «Ciudadanos está manteniendo bien los temas que sabe que le convienen en la agenda, y evitando aquellos que sabe que le pueden hacer daño», continúa. «El PP, por su lado, ha perdido absolutamente el liderazgo, es incapaz de mantener en la agenda los temas que le interesan y de hacer propuestas propias que le permitan diferenciarse», sigue. «Además, claro, de no ser duro con los casos de corrupción».
Como consecuencia, todos los sondeos reflejan un trasvase millonario de votos del PP a Ciudadanos. Ese cambio de siglas, según Metroscopia, no se debe a un momento coyuntural ni se ha decidido en caliente. Las razones que lo provocan son de fondo. Y eso, según los expertos, pone en peligro el futuro electoral de la formación conservadora.
Así, el 56% de los votantes del PP señalaron a principios de abril que Rajoy no debería ser el candidato del partido en las próximas elecciones generales. El 63% fue incluso más allá, y aseguró que su tiempo ya ha pasado. Y frente al 68% que aprobó la actuación política del presidente, el 79% apoyó la de Rivera. Sin embargo, otros datos reflejan que el problema del PP no se arreglaría con un cambio de candidato que renueve su cartel electoral y lo modernice para competir en telegenia con Ciudadanos. El desencanto parece estructural.
Cifuentes, la tercera presidencia que se apunta Albert Rivera
Con la dimisión de Cristina Cifuentes, Ciudadanos se apuntó esta semana el tercer presidente autonómico del PP que deja caer a cambio de su apoyo para que los populares mantengan el gobierno regional. Antes habían forzado la salida de Pedro Sanz en La Rioja, que no llegó a ser investido tras ganar las elecciones, y la de Pedro Antonio Sánchez en Murcia, imputado en los casos Auditorio y Púnica.
Pese a cobrarse estas víctimas del gran partido de la derecha, los españoles observan a Ciudadanos cada vez menos de centro. Según los últimos datos del CIS, los encuestados sitúan a la formación en el 6,76 del eje izquierda-derecha (siendo 0 la extrema izquierda y 10, la extrema derecha). Es el valor más alto que ha marcado, colocándose a menos de 1,5 puntos del PP (8,13). En enero de 2015 los situaba en el 5,14.
Los electores que votaron a Ciudadanos en 2016 se siguen autoubicando, en cambio, en el centro (5,6, según el CIS). Pero, de los que afirman que les apoyarán en los próximos comicios generales, su mejor caladero se encuentra entre aquellos españoles que se autositúan en el 6 de la escala (un 39,8% de los votantes que se coloca en ese valor afirman que votarán a Ciudadanos, frente al 36,5% que dice que lo hará por el PP); y los que se autositúan en el 7 (un 30% de ellos asegura que votará a Ciudadanos, frente al 61,1% que dice que respaldará al PP).
El 77% de los votantes del PP aprueba la labor parlamentaria de Ciudadanos (frente al 72% que apoya la de la formación conservadora). El 57% de esos electores populares reconocieron a principios de mes que Ciudadanos es la fuerza política que les despierta mayor ilusión (solo el 25% se decantó por la de Rajoy, pese a haberle votado en 2016). En marzo, esos mismos votantes del PP señalaron a Ciudadanos como una formación mejor preparada que la suya para combatir la corrupción política (45% frente al 19%) y regenerar la democracia (43% contra 34%). Y, en febrero, los encuestados por Metroscopia dejaron un dato que reflejó la magnitud de la crisis de la formación conservadora: el 63% de los antiguos votantes del PP aseguró que Ciudadanos tiene el mejor proyecto de futuro para España.
¿Cómo está logrando atraer Rivera a los votantes de Rajoy, cuando siempre se ha definido como el líder de un partido de centro, y no de centro derecha? «Ciudadanos ha ido moviéndose de esa etiqueta que antes buscaba del progresismo para hacer ahora más énfasis en liberal«, responde Elena Costas, profesora en la Universidad Autónoma de Barcelona. «Se acaba centrando en aquellos colectivos y temas que simbólicamente y tradicionalmente son de la derecha: la noción de Estado y la crisis territorial; hablar mucho de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; o un apoyo incondicional a cualquier decisión policial y judicial».
La unidad de España. Las bajadas de impuestos. El castigo a quienes homenajeen a etarras. La prohibición de que fugados de la justicia como Carles Puigdemont puedan integrarse en listas electorales. Para crecer electoralmente, Ciudadanos ha centrado sus propuestas en temas que siempre ha dominado el PP.
«Lo que intenta hacer Ciudadanos es que el PP extreme su posición a través del eje nacional, del eje identitario de la nación española», analiza Juan Rodríguez Teruel, profesor de ciencia política de la Universidad de Valencia. «Es la forma que tiene para crecer por el centro», añade. «Lo único que permite subsistir a un partido como Ciudadanos es la polarización», apunta. «Aquí, el tema de Cataluña desempeña un papel fundamental, porque le permite polarizar el debate sin que se tenga que mover de su posición de centro. No es un tema de izquierda-derecha», dice y señala: «Cuando hablemos de políticas sociales o económicas, Ciudadanos tendrá dificultades para defender posiciones que pueden verse distintamente desde el centro-izquierda y el centro-derecha. Por eso un partido así lo que nos va a aportar es polarización, y no moderación, porque la moderación dividirá el centro inevitablemente».
«Ciudadanos está construyendo un discurso de centro, que atrae a los votantes insatisfechos del PSOE y del PP», coincide Ángel Valencia, catedrático de ciencia política de la Universidad de Málaga. «Por el contrario, el PP parece agotado por el día a día de la política nacional, la dificultad de aprobar los presupuestos, la enésima sentencia judicial, el caso Cifuentes…«.
Domina entre los jóvenes
Ciudadanos domina ya al PP entre los jóvenes y los votantes de mediana edad, en las grandes ciudades y en las medianas. Los expertos creen que puede protagonizar un proceso de sustitución, pero subrayan su carácter progresivo para señalar que en ningún caso se puede esperar un cambio «en un solo acto». Recuerdan, también, que el fenómeno de la concentración de las derechas en un solo partido es más propio de sistemas electorales mayoritarios —como el británico— que de los proporcionales —como el español—. Finalmente, apuntan a que Rajoy sigue liderando entre los mayores de 60 años y en la España rural; a que el nivel de consolidación estructural del PP es mucho mayor que el de la desaparecida UCD; y a que aún tiene tiempo de mejorar sus expectativas antes de 2019.
¿Será eso suficiente para que su proyecto resista a la llegada de un competidor como Rivera? «Da la impresión de que el PP tiene una fuerza extraordinaria entre los votantes más conservadores», asegura José Ramón Montero, catedrático de ciencia política de la Autónoma de Madrid. «Creo que es muy improbable que Ciudadanos sustituya al PP, pero después de lo que hemos visto en Grecia, en Italia, en Reino Unido con el Brexit, y en Cataluña, con la desaparición de CiU, a lo mejor es posible», sigue: «Que ocurra consiste en que haya una serie de acontecimientos, en que los líderes del PP no los vean y en que desprecien a los adversarios».