EL MUNDO – 30/06/16
· El partido de Rivera, dispuesto a hablar con los ‘populares’ «del qué y no el quién».
Si en el fútbol hay una ley no escrita que dice que lo que pasa en el campo, se queda en el campo, en política hay otra muy similar: lo que se dice en campaña, se queda en la campaña. Borrón y cuenta nueva. Ocurre con todos los partidos. Ciudadanos propuso una mesa de negociación a tres, para un Gobierno constitucionalista, con PP y PSOE. Siempre con la condición de que no apoyaría un Ejecutivo de Mariano Rajoy. El veredicto de las urnas y las nuevas estrategias obligan a un reposicionamiento: disposición a sentarse a negociar a solas con el PP y priorización del diálogo al veto al candidato popular.
En Ciudadanos, toda vez que el PP ha sido quien ha marcado el gol en las urnas, han optado por jugar a la defensiva. No encajar y, si es posible, sumar algo en un contraataque. Por eso, insisten en dejar la posesión del balón al PSOE. La dirección del partido naranja sabe que sus 32 escaños no son imprescindibles para la gobernabilidad si pactan PP-PSOE (222 escaños), pero busca hueco en la mesa de la negociación.
Deja al PSOE la responsabilidad de que sean ellos los que expliciten públicamente el veto a Rajoy y al PP. El propio Rivera pidió esta semana a Pedro Sánchez que no bloquease un Gobierno del PP. «De nuestra boca no ha salido la palabra veto», dicen estos días distintos dirigentes del partido de Rivera. Porque en estos minutos de partido, la prioridad de Ciudadanos es ser parte de la negociación, intentar ser protagonista de un acuerdo que incluya reformas, y, si toca, al final, hablar de Rajoy. Sólo al final. Y si hubiera lugar para ello.
Como informó ayer este diario, Ciudadanos, pese a reivindicar esa mesa a tres, ya contempla la posibilidad de una negociación a solas con el PP, sin la presencia del PSOE, que se niega a aceptar la propuesta. Juan Carlos Girauta, portavoz de la formación en el Congreso, apuntó ayer en los pasillos de la Cámara Baja que no tienen inconveniente en «sentarse a hablar con quien sea», pero que la única fórmula «eficaz» para que se forme Gobierno es que se produzca una mesa a tres o, al menos, una participación de los tres partidos.
«La única manera de garantizar no ya sólo una investidura sino una mínima estabilidad del Gobierno es que las tres formaciones constitucionalistas lleguen a acuerdos básicos y que se cree un Gobierno de consenso y reformista. Fuera de eso no garantizamos nada», dijo Girauta.
«Proponemos una negociación para hablar de contenidos. Lo importante para Ciudadanos siempre ha sido el qué y no el quién», repitieron ayer distintos miembros de la dirección. Una suerte de oxígeno para Rajoy, de relajación del veto impuesto por Rivera. Primero las medidas, y luego, al final de la negociación, se hablaría de nombres. «Ciudadanos ha demostrado que es capaz de ceder y negociar», añadió Girauta.
«Es mucho más importante el proyecto de futuro para España que quién lo lidere», declaró Matías Alonso, secretario general de Ciudadanos, a Europa Press. «Y una vez que tengamos ese acuerdo, ver quién debe liderar las reformas y cómo ponerlas en marcha».
«Rajoy debe ir caminando, y en ese camino debe ir mostrando cosas, debe ir enseñándonos que quiere hacer de verdad con España. Ir poniendo encima de la mesa cómo piensa arreglar uno de los grandes problemas que hay en España: la regeneración democrática, la limpieza democrática y la transparencia en las instituciones. Nosotros entendemos que hay ciertas cosas en las que debería ir caminando», reflexionó ayer Miguel Gutiérrez, hombre fuerte del núcleo duro de Rivera, en una entrevista en esRadio. «Durante todo este tiempo, hay muchas cosas que hablar, muchas cosas que negociar», añadió, en la misma línea que Girauta. Para Ciudadanos, un gesto es que Rita Barberá dejara de estar aforada en el Senado.
Con todo, la estrategia a día de hoy en Ciudadanos es no respaldar un Gobierno con Rajoy al frente. Sin embargo, una vez el Rey designe candidato a la Presidencia, la Ejecutiva del partido debe ser quien fije el sentido del voto en la investidura. Por tanto, es algo aún no decidido.
EL MUNDO – 30/06/16