ALBERTO AYALA, EL CORREO 28/05/2013
· La izquierda abertzale tiene que hacer ver a ETA que ha sido derrotada y que debe actuar en consecuencia.
Hace ya un año y siete meses la democracia llegó posiblemente al límite de sus posibilidades, y hasta puede que algo más allá, para propiciar el definitivo adiós a las armas de ETA. Esa generosidad se tradujo en el éxito de la Conferencia de Paz de Aiete, que reunió en el palacete donostiarra del mismo nombre a tres de las cuatro grandes sensibilidades políticas del país (faltó el PP), a un nutrido ramillete de organizaciones sociales y sindicales y a media docena de personalidades de relevancia internacional encabezadas por el exsecretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan.
Con la organización terrorista en un callejón sin salida, arrinconada por la presión política, policial y judicial, así como por la colaboración internacional, la izquierda abertzale se había movido durante largo tiempo para intentar camuflar el fracaso. Se trataba de ofrecer una percha a ETA para que pudiera colgar las armas antes de arrastrar en su caída a su brazo político y postergarle por mucho tiempo de la vida institucional. La pista de aterrizaje sirvió y cuarenta y ocho horas después de la cumbre, la banda terrorista anunció su adiós ‘definitivo’ a las armas.
Han pasado diecinueve meses. La izquierda abertzale trabaja con normalidad en las instituciones democráticas. No sólo, disfruta de una cuota de poder como jamás tuvo. Pero ni ETA ha entregado las armas, ni menos aún ha puesto fecha a su desaparición a la espera de sentarse en una mesa con los gobiernos de España y Francia para hablar de las ‘consecuencias’ del conflicto, que nadie contempla.
La banda se resiste a dar pasos adelante mientras el Gobierno de Rajoy no haga ningún gesto con los presos y ese gesto no parece que vaya a llegar a corto-medio plazo. Un bloqueo incómodo de gestionar para la izquierda abertzale, que trata de mantener cohesionado al colectivo y evitar cualquier tentación de escisión, como la que ayer vaticinó, no se si con algún fundamento pero desde luego para sorpresa general, el fiscal de la Audiencia Nacional Carlos Bautista en el transcurso del juicio al exasesor de Bildu Josetxo Ibazeta.
En este escenario se desvelaron ayer las conclusiones del denominado ‘foro social’ que se celebró en marzo para impulsar la paz. El documento de recomendaciones no contiene grandes sorpresas. Los organizadores invitan a los presos de ETA a olvidarse de amnistías que nunca llegarán –como volvieron a reclamar en junio de 2012, para desconcierto de la propia izquierda abertzale– y a optar por vías indivuales tras reconocer el daño causado. Es decir, a plegarse a las exigencias democráticas, como hizo Sortu para lograr su legalización como partido político.
Receptividad
Todos los indicios apuntan a que esta especie de declaración de Aiete-2 nace ‘inspirada’ por la propia izquierda abertzale. Dos de las recomendaciones recogen posiciones históricas del MLNV: cuestionar la situación de los Derechos Humanos en España y pedir que se evalúe la situación por una entidad independiente, además de abogar porque se redimensione, se entiende que a la baja, el número y función de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Euskadi. Y, como hace diecisiete meses, con vocación de convertirse en otra percha, esta vez para que los presos etarras den pasos de forma unilateral sin esperar al Gobierno de Rajoy.
Si sirve, bienvenida sea la nueva estrategia de la izquierda abertzale, aunque existen razones para dudar de la receptividad del colectivo de presos a las nuevas conveniencias de los herederos de Batasuna. Pero, en todo caso, el tiempo de las coartadas y los eufemismos se termina.
El trabajo que le queda por hacer a la izquierda abertzale es persuadir a ETA de que asuma de una vez la verdad, que la democracia le ha derrotado, y actuar en consecuencia. Por muchas perchas y estrategias de simulación que se planteen, la tozuda realidad de los hechos no cambiará.
No estaría mal, para empezar, que ese mundo reflexionara sobre el consejo que el líder de Aralar les lanzó la pasada semana. Patxi Zabaleta invitó a ETA a dar un paso al frente y entregar las armas sin dilación. Sería, qué duda cabe, un buen paso hacia el final definitivo.
ALBERTO AYALA, EL CORREO 28/05/2013