EL MUNDO – 25/05/15
· Ada Colau puso ayer en jaque a CiU y el proceso soberanista catalán.
· La ex activista venció a Xavier Trias, desahució a la federación nacionalista de la Alcaldía de Barcelona y arrebató a Artur Mas una pieza clave para la supervivencia de su pulso al Estado.
· «Si Barcelona nos da la espalda, no saldremos adelante», advirtió el presidente de la Generalitat el último día de la campaña electoral. Ayer se consumaron sus peores augurios.
Barcelona en Comú (BComú), la marca electoral de la ex portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), doblegó a CiU en una disputada contienda. Colau obtuvo 11 concejales por los 10 de Trias, y menos de 20.000 votos separaron a los dos aspirantes a la Alcaldía. Pero lo ajustado de la derrota no restó dramatismo al resultado para la federación nacionalista, que había señalado como objetivo irrenunciable retener Barcelona.
«Es triste decirlo, pero hemos perdido», admitía ayer Trias sin tapujos tras conocer el escrutinio. Su primera disculpa no fue para los barceloneses, sino para Mas. «Me sabe mal por ti, president, porque sé que era muy importante que Barcelona tuviera un voto nacionalista», dijo el derrotado candidato a la reelección ante el cariacontecido jefe del Ejecutivo catalán, quien mostró su «preocupación» por perder el apoyo de Barcelona a su proyecto rupturista.
Y es que, tal y como recordó Mas durante la campaña, hubiera sido muy difícil burlar al Tribunal Constitucional y celebrar la consulta alternativa del 9-N sin el respaldo de Barcelona, que previamente ya había sido la primera localidad catalana en ofrecer su padrón para elaborar el censo del referéndum o había puesto la ciudad a los pies de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para orquestar las grandes manifestaciones independentistas que han espoleado a la masa social secesionista.
Todos esos gestos fueron posibles porque el pasado mandato la suma de los ediles de CiU, ICV y ERC permitió respaldar cada uno de los pasos del Govern de la Generalitat para avanzar hacia la consulta. Unidas, esas tres formaciones alcanzaban los 21 concejales en los que está situada la mayoría absoluta en Barcelona. Pero esa circunstancia no está en condiciones de repetirse. Y en la capital catalana no podrá formar un bloque soberanista como el que respaldó al Govern en su órdago al Estado el pasado mandato, pues CiU, ERC y la CUP –las tres fuerzas explícitamente comprometidas con la secesión que ayer obtuvieron representación– no alcanzan la mayoría absoluta e ICV se ha integrado en BComú, que sigue instalada en la ambigüedad en la cuestión soberanista.
Sin prometer nada, ayer Colau intentó ganarse el favor de los sectores partidarios de la secesión al defender que será «la alcaldesa de la capital de Cataluña y de un pueblo que quiere decidir libremente su relación con el Estado». Un guiño sin duda dirigido a ERC y la CUP, las dos formaciones de izquierda que podrían ayudar a Colau a apuntalar su débil victoria. Aun así, para escalar hasta la mayoría absoluta sería necesario un pacto a cuatro bandas en el que también estuviera presente el PSC. La coalición sumaría 23 ediles.
Los socialistas fueron otros de los grandes derrotados al caer de la segunda a la quinta plaza perdiendo siete concejales y quedándose en cuatro. Tras gobernar tres décadas Barcelona, el PSC se vio superado por Ciutadans, que irrumpió por primera vez en el Consistorio como tercera fuerza con cinco representantes; y por ERC, que ganó tres y empató con el partido de Albert Rivera. La entrada de Ciutadans castigó con crudeza a un PP que se dejó en el camino seis concejales para caer a sólo tres, los mismos que obtuvieron los antisistema de la CUP. Menos de 10.000 votos distanciaron a las dos formaciones más dispares ideológicamente de la batalla electoral de Barcelona. De la pugna que Colau consiguió ganar «para su gente».
EL MUNDO – 25/05/15