ABC 10/03/16
· La alcaldesa de Barcelona saca adelante el mismo día un polémico plan para empadronar y dar trabajo a los vendedores ambulantes ilegales
Contra la Monarquía, contra la Iglesia, contra los empresarios… y ahora también contra las Fuerzas Armadas. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sumó ayer un nuevo enemigo a un listado que va engrosando a medida que transcurre el mandato, completando el bodegón de las obsesiones clásicas de la izquierda española. El mandato arrancó anunciando un plan de depuración de los símbolos monárquicos en la ciudad, a lo que siguió un plan turístico contrario a la libertad de empresa y una entrega de premios que se convirtió en una ofensa al catolicismo. No había tenido hasta ayer ningún encontronazo con el Ejército; a esa casilla ya le puede poner la cruz.
Ataque a las FF.AA Ciudadanos y el PP en el Ayuntamiento lamentan el plante de Colau, «fruto de la ignorancia», y piden a la alcaldesa que no se comporte como una «antisistema»
Regularizar a los «manteros» Los «manteros» que quiere regularizar Colau, estén o no en situación irregular, podrán trabajar durante un año con un sueldo de 991 euros
Sucedió ayer durante su visita al Salón de la Enseñanza, donde las Fuerzas Armadas, al igual que han hecho recientemente en el salón Aula de Madrid, exponen a los estudiantes las distintas opciones formativas que pueden desarrollar si se integran en alguno de sus Ejércitos. En su recorrido por el Salón, dos mandos del Ejército se acercaron a la alcaldesa, que de buenas a primeras les dejó claro que no eran bienvenidos. «Ya sabéis que nosotros, como Ayuntamiento, preferimos que no haya presencia militar en el salón, pero simplemente porque creemos que hay que separar los espacios». Aunque el tono fue correcto, lo tajante de la respuesta llevó a uno de los militares a responder con un simple: «Muy bien, hasta luego». A continuación los dos mandos se retiraron.
«Me han interrumpido»
La alcaldesa, posteriormente, relató lo sucedido a través de las redes sociales: «Me han parado a medio itinerario (…) a pesar de la interrupción, con amabilidad me he limitado a trasladar a los militares una decisión aprobada por mayoría en el pleno de Barcelona». Tras el desplante de Colau, varios integrantes de la plataforma ciudadana «Desmilitaricemos la Educación» realizaron una acción de protesta frente al puesto de las Fuerzas Armadas a la vez que anunciaban el inicio de una recogida de firmas para pedir su marcha.
La alcaldesa de Barcelona vino a transmitir de viva voz la declaración institucional que aprobó recientemente el Consistorio, en la que se reclamaba que las Fuerzas Armadas no tuviesen presencia en el Salón de la Enseñanza. Del mismo modo, la Generalitat –que de hecho es la que organiza el evento– accedió, tras una intervención parlamentaria de la CUP, a revisar el convenio de 2008 por el que las FF.AA. participan en el mismo. La consejera Meritxell Ruiz anunció que la Generalitat «replanteará» la cuestión para las próximas ediciones, atendiendo también la resolución que en la misma línea la Cámara catalana aprobó la pasada legislatura.
Frente al veto que quiere imponer el Ayuntamiento y la Generalitat, el ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, mostró su «orgullo» por la presencia de las Fuerzas Armadas, «a diferencia de la alcaldesa de Barcelona». En declaraciones a Ep, fuentes del departamento de Educación recordaron que Méndez de Vigo trasladó a los militares presentes en el Salón Aula de Madrid «el agradecimiento de todos los españoles por la labor que realizan». Frente a la opinión de Colau de «separar espacios», desde el Ministerio de Educación defendieron que el modelo de formación actual en el Ejército es «ejemplar».
PP y C’s, en contra
En la misma línea, los representantes municipales en Barcelona de Ciudadanos y del PP, Carina Mejías y Alberto Fernández respectivamente, lamentaron el «desaire de Colau a las FF.AA. fruto de la ignorancia», instando a la alcaldesa a comportarse como tal y no como una «antisistema».
Las polémicas de ayer de Colau no terminaron con el Ejército. En un terreno totalmente diferente, su equipo municipal avanzó las líneas maestras del plan para atajar la presencia de la venta ambulante ilegal –«top manta»–, una problemática que no deja de crecer y por la que los comerciantes llevan meses exigiendo mano dura a la alcaldesa. La propuesta, de empleo y documentación para los inmigrantes «sin papeles», no dejó indiferente a nadie. La idea de Colau pasa por ofre-
cer trabajo a los «manteros», estén o no empadronados, para intentar que salgan así de la calle. El Ayuntamiento permitirá que participen en los planes anuales de Barcelona Activa, la agencia municipal que promueve la formación y ocupación y que ya ofrece esta ayuda a parados. Durante doce meses, los inmigrantes que quieran sumarse a este plan serán formados para especializarse profesionalmente y también podrán trabajar, con un sueldo mínimo de 991 euros al mes, confirmó a ABC el Consistorio.
Estén o no en situación regular, todos los vendedores de «top manta» empadronados antes de julio de 2015 podrán sumarse a estos cursos, si es que lo quieren. «No se trata de compensar con dinero una actividad que no está permitida», sino de ayudarles a encontrar un camino mejor, explicó ayer la teniente de alcalde, Laia Ortiz. Dieciséis «manteros» están en proceso de acceder a estos planes.
«Tarjeta de residente»
Además, el Ayuntamiento se plantea poner en marcha «una tarjeta de residente en Barcelona como medida de identificación y acceso a los servicios municipales», una especie de acreditación que propuso la CUP para que los inmigrantes sin papeles puedan acudir a los servicios municipales. El consistorio, por contra, también anunció más persecución policial el mismo día en que la Fiscalía de Cataluña detalló que intensificará la lucha contra la venta ambulante ilegal.
Se estima que unos 400 «manteros» viven en Barcelona y que el 70% de ellos están en situación irregular. La oposición, que ha podido participar en las mesas de trabajo para elaborar este plan, denuncia la inacción de Colau al respecto. «Inacción policial e inacción social: nada nuevo», lamentó CiU, mientras que el PP denunció la «permisividad y regularización» de Colau ante un fenómeno ilegal.