ABC – 01/07/17
· Los comunes de Barcelona dicen «no» a una propuesta del PP contra la celebración de la consulta que su socio en el consistorio, el PSC, sí arropa.
· Nuevo guiño del gobierno del Ayuntamiento de Barcelona al independentismo, que ayer desaprovechó una ocasión de oro para desmarcarse del referéndum ilegal que quiere llevar a cabo la Generalitat de Carles Puigdemont justo dentro de tres meses.
El gobierno de Ada Colau pudo y no quiso dejar su ambigüedad a un lado y descartó decir abiertamente que no arropará una consulta ilegal. Su posicionamiento abrió una nueva brecha con sus socios de gobierno, el PSC.
Igual que han votado recientemente otros ayuntamientos catalanes, el pleno municipal de ayer en Barcelona tuvo como protagonista una propuesta del PP que pedía al consistorio no apoyar ni promocionar medios ni personal municipal para la celebración del anunciado referéndum del 1 de octubre. La votación, que fue nominal, permitió ver el posicionamiento uno a uno de los ediles barceloneses, incluida la de la alcaldesa Colau, que sigue de baja pero que ayer acudió al pleno por primera vez tras su maternidad porque, como hace meses dejó claro, no quería que su voto en cuestiones importantes se perdiera por su ausencia.
La petición quedó rechazada, con 28 votos en contra de BComú, grupo Demòcrata (antigua Convergència), ERC, la CUP y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy. Además de demostrar que los «colauistas» siguen, una vez más, el juego al independentismo, la votación sirvió para constatar de nuevo la difícil relación del bipartito municipal: BComú dejó claro su «no» rotundo mientras que su socio, el PSC, hizo lo contrario, situándose al lado de Cs y PP: sus 11 concejales presentes sí arroparon la iniciativa popular.
«Esto ya no es una consulta como el 9-N y tampoco es un proceso participativo», reprochó el presidente municipal del PP, Alberto Fernández, que recordó al gobierno local que «el tiempo se acaba y es hora de dejar de lado las ambigüedades», y que ya no valen los «sí, pero no» o «no, pero sí».
En una línea similar se mostró la líder de Cs, Carina Mejías, que tras criticar la «situación ridícula» a la que se ha llegado en el proceso secesionista –a día de hoy sin detalles, censo ni urnas, comentó– exigió «que se acabe la parodia» y pidió al gobierno de Colau que deje de ser «el oxígeno del independentismo».
El alcalde accidental y portavoz de BComú, Gerardo Pisarello, rechazó apoyar la propuesta porque a su parecer, «es la enésima maniobra del PP para instrumentalizar este tema» y porque además no apoyar el referéndum implica una «criminalización preventiva» de la consulta, que, reiteró, ellos quieren que se celebre de manera acordada.
A estas dos posiciones enfrentadas se sumó la de Jaume Collboni, líder del PSC, que lejos de aliarse con su socio de gobierno, aprovechó su turno de palabra para cargar contra la Generalitat por haber dividido a los catalanes y a la par contra el Gobierno de Mariano Rajoy, al que calificó de «ciego, sordo, mudo e inútil para solucionar el problema». «La vía unilateral no tiene solución. No hay solución contra las leyes y tampoco hay solución solo con la ley», sentenció Collboni.
Socialistas en cuestión
Por su parte, los socios en la Generalitat –PDECat y ERC, que en el Ayuntamiento no están aliados– reiteraron que el referéndum se celebrara. «No existe tanto poder para tanta democracia», aseguró el portavoz del grupo Demòcrata, Joaquim Forn, que se comprometió «a hacer todo lo posible» para que se pueda llegar a celebrar. Alfred Bosch, líder de ERC, acusó al PP de «hacer un boicot a la democracia» con su postura.
Durante el debate, varios grupos municipales aprovecharon para dar un ultimátum a Colau instándola a que rompa su acuerdo de gobierno con los socialistas, vistos sus posicionamientos antagónicos sobre el referéndum ilegal. Entre los más tajantes, la CUP, cuya edil Maria José Lecha animó a «echar a los socialistas del gobierno el 2 de octubre».
En esta tesitura se encuentra el PSC, formación que en apenas unos días ha votado la misma propuesta de forma diferente según el municipio en el que se planteaba.
Así, a diferencia de lo votado en Barcelona, el PSC de L’Hospitalet de Llobregat se abstuvo –la propuesta no prosperó– y en Viladecans votaron en contra. En Castelldefels, sin embargo, el PSC –que ostenta la alcaldía desde hace dos semanas por un pacto con la izquierda radical– ni permitió que se votara. Y, en Lérida, por ejemplo, el PSC se posicionó en contra de ceder espacios municipales el 1 de octubre.
Alcalde socialista de Blanes
Por otra parte, el alcalde de Blanes, Miguel Lupiáñez, que hace unos días comparó España con el Magreb y aseguró que votará en el referéndum ilegal, pidió disculpas al iniciar el pleno municipal de este jueves por la noche.
«Quiero pedir disculpas a cualquier persona que se haya sentido ofendida por la comparación que hice. Fue un error, no supe expresar bien mis opiniones. Pero reitero que no pretendía ofender a nadie», indicó. Y añadió que «quien ha querido hacer interpretaciones parciales o tergiversar (…) lo ha hecho movido por intereses políticos. Con el objeto de faltar a la verdad, hacer daño y, sobre todo, crear polémica».
ABC – 01/07/17