JON JUARISTI-ABC

  • Lo de la «descolonización de los museos» intentaría contentar a la banda de los López Obrador y compañía. Hay que ir a por todas, como dice el Jefe Supremo

¿Debe España descolonizar sus museos, como ha declarado el actual director del Museo Nacional de Antropología? Para empezar, confieso mi estupor ante el hecho de que el director de un solo museo hable en nombre de todos los museos nacionales, como si existiera ya un consenso en el mencionado asunto. No sé si está detrás del mismo el Ministerio de Cultura, aunque no me extrañaría. En mis años de director de ciertas instituciones culturales del Estado, algo más importantes que el MNA, me habría llevado una bronca si hubiera pretendido hablar por otros organismos afines o por el propio Ministerio. Parece que las cosas han cambiado y. por supuesto, no para mejorar.

Sospecho que la propuesta o iniciativa del director del MNA se inspira en un encuentro, simposio o cosa parecida organizado por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona hace ocho años, bajo el lema o consigna «Descolonizar el museo». El director del MNA sostiene que algo ha empezado a hacer el gobierno francés al respecto (y, si fuera así, ¿debería importarnos semejante majadería? ¡Que descolonicen ellos!).

Y sospecho asimismo que el objetivo a batir ahora es, muy en particular, el Museo de América. Porque hay que hacer un guiño a todos los gobiernos populistas de Latinoamérica, principales aliados internacionales del sanchismo. Ya que el Rey se resiste a pedir perdón por la Conquista, empecemos por cargarnos el Museo de América, que alberga todavía la supuesta mayor rapiña colonial de todos los tiempos según la tradición comunista.

O sea, el fondo de antigüedades incaicas donado por Juan Larrea al pueblo español y al Gobierno de la II República en 1937. Conviene recordar que Larrea se hizo con ese fondo durante su estancia en Perú entre 1930 y 1931, agotando en su compra toda su cuantiosa herencia paterna, sin estafar a los mercachifles autóctonos, que más bien le estafaron en casos tan conocidos como el de la ‘pajcha’ que sirve de emblema al Museo de América, una pieza de la época virreinal que le vendieron como preincaica. Perú nunca fue colonia española, como no lo fueron Nueva España ni virreinato alguno. Cuando Larrea pasó por allí, contaba más de un siglo de independencia.

Lo que pasa es que Larrea, poeta republicano y de Bilbao, no era comunista. El conocido delator estalinista Neftalí Reyes, alias Pablo Neruda, que denunció a César Vallejo como troskista, acusó a Larrea, amigo y valedor de Vallejo, de saquear tumbas andinas. El Gobierno de Negrín, en 1937, proyectó un museo para exponer la colección donada. Nunca lo llevó a cabo, a causa, obviamente, de la guerra. Ni lo empezó a construir, de hecho. Lo hicieron los vencedores, con otra ideología, pero sobre el mismo proyecto material. El edificio del Museo de América se terminó en 1954, año de la infame ‘Oda a Juan Tarrea’ del sinvergüenza de Neruda.