Combate a toda resistencia

HERMANN TERTSCH – ABC – 25/02/17

· Algunos sueñan aún con derribar a Trump, pero no hay indicios de que ni él ni su equipo flaqueen.

La lucha va a ser total, brutal, permanente e implacable. Acaba de empezar y nadie sabe cómo ni cuándo concluirá. Lo único seguro es su ferocidad. Quienes creían que Donald Trump, una vez llegado a la Casa Blanca, se acomodaría con un programa posibilista erraron estrepitosamente. Tanto como quienes pensaron que los Demócratas, cada vez más a la izquierda, y su vapuleado cuerpo de funcionarios en Washington buscarían formas de convivencia con el nuevo presidente. Algunos sueñan aún con derribarle.

Para tan difícil objetivo no reparan en medios. Trump es objeto de la más masiva campaña de acoso propagandístico y descrédito que se recuerda. Con críticas justificadas o no, informaciones veraces o no y filtraciones muchas veces manipuladas por los medios, la oposición y la burocracia de Washington. Cada día hay una acusación más o menos solvente, más o menos fabricada, que asumen los medios casi sin excepción para cargar contra la Casa Blanca.

No hay indicio de que Trump ni su equipo flaqueen. Parece decidido a desmantelar gran parte del aparato del Estado y de las construcciones ideológicas del obamismo y anteriores presidentes. Responde a los ataques de unos y otros con redoblada fiereza. Ayer por dos frentes, el de twitter y el del discurso público, sus dos formas de «puentear» a los medios que volvió a tachar de falsarios y de ser «enemigos del pueblo americano». Dedicó unos tuits al FBI y sus filtraciones que calificó de interesadas y falsas, y le exigió que neutralice a sus filtradores.

Ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) se dio un baño de masas. El gran lobby conservador recibió con entusiasmo su nueva orden ejecutiva de desregularización, su ataque al Obamacare y su reafirmación en construir el muro y acabar con el tráfico de seres humanos. Será el miércoles en su primer discurso ante el Congreso y después con los presupuestos cuando se perciban primeros límites más o menos reales.

Pero lo cierto es que igual que parte del Partido Demócrata se ha escorado hacia su izquierda, los Republicanos están hoy con la agenda revolucionaria del terremoto Trump.