- Atenta la compañía: Sánchez dispone de 6.500 millones en ayudas. ¿Quiere usted llevarse algo? Siga leyendo
En primer lugar, si es usted propietario de un bar, restaurante, comercio, cafetería, boîte – ya tengo una edad – o, simplemente, es un pequeño empresario autónomo lo tiene crudo. Porque el pastizal se concreta en 29 planes que van a dejar de lado al tejido productivo de verdad. Por tanto, vaya usted cerrando su restaurante de toda la vida y coja papel y lápiz. Para empezar, entre usted en la web del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, así, sin anestesia ni chupito de Agua del Carmen. Ahí verá que, de las veintinueve convocatorias pagadas por la pasta de los fondos europeos de Next Generation – a la Old que nos vayan dando por donde amargan los pepinos –, nueve están más cerradas que la boca de Irene Montero respecto a la situación de las mujeres en Afganistán. Otra, ni siquiera se ha abierto. Quedan, pues, diecinueve justas y cabales.
Estudie cuidadosamente en cual de ellas puede encajar mejor sin que se le escape la risa, que estos se toman la chorrada muy en serio. Tiene dónde escoger: transición ecológica, transformación digital, cohesión territorial y, como no podía ser de otra manera, igualdad de género. Le prevengo que hay para todos los gustos. Desde el millón de euros para llevarse escritores adictos al régimen a pastorear por esos mundos de Dios a doce kilitos para producir largometrajes. No olvide usted el emprendimiento digital femenino – suena a cochinada – con 51 milloncejos de nada, o los casi cinco que se destinarán a crear una oficina para “integrar la transversalidad de género, desarrollo y evaluación de las políticas públicas de activación para el empleo”.
Es decir, ná siquiera. En fin, no les caliento más porque ya habrán adivinado de qué va esta milonga: pasta para crear chiringuitos de adictos, pasta para subvencionar a los palmeros y pasta para extender ad nauseam una administración sobredimensionada con proyectos al servicio de la nada en su más virulenta dimensión.
¿Subvenciones a fondo perdido para hostelería, turismo, jóvenes emprendedores, pequeñas y medianas empresas, rebajas de impuestos o supresión de tributarlos durante un tiempo, como podría hacerse con los autónomos, créditos blandos para pequeñas empresas, facilidades para los ahorradores o las familias? Nada de eso, fachas. Aquí la economía real la dicta Su Pedridad y no se hable más del asunto.
Subvenciones a lo inútil
Llegados a este punto, mi recomendación es que se haga usted de género fluido, que uno no sabe muy bien en qué consiste pero parece que está muy de moda, monte una cooperativa obrera y diga que desearía crear una página on line para reivindicar la opresión del heteropatriarcado en Somormujos de la Sierra, pero no puede por no tener cobertura. De una tacada le tocará pasta por género, por la España vaciada, por la innovación tecnológica y por el Sumsum Corda.
Bueno, esto último no lo diga, que a estas gentes la única religión que les inspira cariño y devoción es la musulmana. Si a todo esto le añade usted por lo bajini que en el asunto está una prima, una amiga, un cuñado o un conmilitón de alguien en el gobierno, lo tendrá usted niquelao. No diga que no se lo he advertido, porque si pretende usted acercarse a menos de mil leguas o verstas, que a estos les va más el rollo ruso, a ese dinero aduciendo que usted crea riqueza con su pequeño bar, da trabajo y contribuye generosamente con los onerosos impuestos que se pagan a día de hoy en éste país, le van a dar una patada en salva sea la parte por subírsele a usted el gallo.
No hemos aprendido que lo que hoy en día se subvenciona es lo inútil, lo inservible, lo grotesco, lo improductivo, siempre y cuando eso permita colocar a más y más pancistas que jamás han pegado un palo al agua y solo han vivido del cuento hasta ahora. De algo tendrán que vivir, porque de su trabajo es imposible. Ninguno de ellos sabe hacer la O con un canuto. Lo que paga Europa es el fumismo, que mandan huevos como diría el clásico. Avisados están.