Así se la estoy colando a ustedes
Francina Armengol tardó 13 días en comparecer sobre las mascarillas desde el día en que estalló el escándalo. Es verdad que podía haberlo hecho antes, pero la presidenta del Congreso tiene un sentido elástico del tiempo. Menos días tardó su Gobierno en pagar las mascarillas, exactamente nueve, un plazo realmente vertiginoso para los pagos de una administración. La media del retraso en los del Gobierno balear es de cuarenta días, un mes de diferencia.
Francina compareció para no explicarse, aunque hizo pujos de honestidad y transparencia, recurriendo a latiguillos como ‘en política no todo vale, todos no somos iguales’, que repitió por si acaso. Tiró de argumentario, pero no dijo quién le recomendó a una empresa que no tenía ninguna experiencia, ni facturación alguna en 2019. Uno de sus argumentos fue repetido por sus congéneres y llevaba carga de falacia. Ella no dio nombres pero se quejó dos veces de que “quien me pide la dimisión (el popular Miguel Tellado) es quién sale en el sumario”. Repitieron lo de Tellado la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, el portavoz socialista en el Congreso, el inefable Patxi López: “es el colmo de los colmos, Miguel Tellado, que sale en el sumario, etc” y la portentosa portavoz de la Ejecutiva del PSOE, la emparedada de Modúbar, Esther Peña Camarero, que se expresó en los mismos términos.
La falacia es que estas cuatro criaturas, parejas en nivel intelectual, dicen que Tellado figura en el sumario, como si el juez Ismael Moreno lo hubiese imputado. Aparece porque un hampón, Koldo García, sabedor de que estaba sometido a escuchas, dejó caer su nombre y el de Alberto sin mayores precisiones, diciendo que estaba citado con ellos el 10 de enero a las diez y cuarto de la mañana en la sede del PP. A esto sí se refiere la UCO en el sumario, diciendo que ellos seguían al tal Koldo y en ningún momento de ese día se acercó a Génova. Con las querencias que muestran ya se entiende que los socialistas den más credibilidad al portero de un puticlub que a los agentes de la UCO o al juez. Ese 10 de enero, Mellado y Alberto estuvieron sentados en sendos escaños del Senado, por hallarse en obras del hemiciclo del Congreso.
También dijo que la política es “ser transparente y decir la verdad”, aunque no sé yo si tiene algo que ver con ello que se negara a investigar la prostitución de niñas bajo tutela de las instituciones baleares, ni con que ella fuera sorprendida tomando copas en el Hat Bar de Palma a las dos y diez de la mañana.
Tampoco dijo ni mú sobre la investigación de la Fiscalía Europea por haber pagado las mascarillas con fondos de la Unión. “Contratos bien hechos”, blasonaba Armengol, que también dijo haber reclamado el dinero a la empresa de Koldo en tiempo y forma. ¿Y qué entiende ella por tiempo y forma? Pues que compradas las mascarillas en abril de 2020, comprobada la falta de calidad de las mismas y pagadas en el plazo antedicho, el Govern certificó su calidad el 12 de agosto del mismo año con un documento firmado por Antonio Mascaró, subdirector de Compras y Logística del Servicio de Salud de las Islas Baleares. La pasta se reclamó en julio de 2023, justamente tres años y tres meses después de la compra de las mascarillas, la víspera de entregar los trastos a Marga Prohens.