IÑAKI EZKERRA-EL CORREO

  • Suenan las alarmas cuando la rivalidad entre autonomías favorece al ciudadano

Mientras tenía lugar y crecía ese fenómeno de evidente carácter disgregador, nadie vio motivo de reproche alguno. Ha hecho falta que esa rivalidad adopte un sentido constructivo, cabal y favorecedor al ciudadano (no sólo a la clase política y a las burocracias locales) para que a algunos se les disparen las alarmas que no se les han disparado cuando los partidos independentistas han planteado y siguen planteando reclamaciones tan improcedentes como mesas de diálogo para la secesión, rupturas unilaterales con el Estado, la dejación de las fuerzas de seguridad en el mantenimiento del orden constitucional y la total impunidad a la hora de conspirar contra el sistema democrático. ¿Es que no considera Sánchez competencia en su más desleal modalidad las exigencias que le formulan los partidos que le sostienen en La Moncloa?

Uno ni siquiera piensa en ERC ni en Bildu, sino en los propios socios de Podemos e IU que tienen los socialistas dentro de ese Gabinete y que de modo permanente compiten con ellos en todos los terrenos, incluido el impositivo. Uno piensa en la salida extemporánea de Escrivá clamando por la recentralización de las competencias fiscales de las comunidades autónomas. Para un personaje que parecía algo serio en esa plantilla ministerial, nos ha salido más aficionado a la improvisación populista que Belarra o Montero. ¿Es que no sabe Escrivá en qué Gobierno ni en qué país está? ¿No sabe que el PNV es uno de los apoyos de Sánchez en Madrid y el socio del PSOE en el Gobierno del País Vasco?

Competencia desleal o juego sucio es mentir y decir a los catalanes que España les roba. Ante la competencia fiscal, no falsa sino real, y por lo tanto leal, que Ayuso y Moreno han desatado en las autonomías, otra ministra, Isabel Rodríguez, ha pedido a los españoles que hagan una reflexión. Sinceramente, creo que es la reflexión la que está despertando a muchos españoles de la ilusión sanchista con los bolsillos vacíos.