TONIA ETXARRI-EL CORREO

Que haga algo Sánchez con la factura de la luz. La petición del PNV en el Congreso, socio preferente de la Moncloa, no pudo ser más explícita. Con advertencia incluida: «Está en juego su gobierno». El real decreto de la electricidad se vota hoy en el hemiciclo para convalidarlo, en medio de una nube de críticas que desbordan los escaños de la oposición. Reformas, pide el PNV, que se encuentra en un ¡ay! en el pulso que han mantenido Iberdrola y la Moncloa a ‘cara de perro’. Entre Sánchez, a quien apoyarán en los Presupuestos si nada se tuerce en la negociación, y Galán, que piensa congelar la mayor parte de inversiones en renovables en territorio vasco. Una situación límite, agravada por el anuncio del parón de actividades en empresas como Sidenor, que llevó ayer al PNV a tensar la cuerda diciendo que si Sánchez no flexibiliza la norma peligra su Gobierno. A la consejera Tapia a proponer medidas para defender los intereses de consumidores y empresas. ¿Cómo contentar al PNV y al ala comunista de Moncloa? Y a las patronales vascas (las cuatro) a manifestar su oposición a la normativa en el tarifazo eléctrico que ha impactado tan negativamente en la industria. La presión sobre Sánchez, pues, ha trascendido de las eléctricas. Procede de todos los ámbitos afectados por los parones de actividad y la pérdida de empleo y competitividad.

No tuvo ayer su mejor día el presidente del Gobierno. Le pillaron, desde varios flancos, con el pie cambiado. Le sorprendió tanto, desde el PP, Pablo Casado proponiéndole pactar ya la renovación de los órganos institucionales pendientes, a excepción del Consejo General del Poder Judicial mientras no se avenga a que los jueces sean elegidos por los jueces, que no fue capaz de responder directamente desde su escaño. Lo hizo con un eslogan genérico pidiendo al PP que cumpla «con toda la legalidad democrática». Y se fue. Tuvo que ser Bolaños, que ejerce de ministro de la Presidencia, para asumir los malos tragos que le caen al presidente, quien anunciara que aceptaba la invitación y se ponían ya a negociar. Sobre la renovación del Defensor del Pueblo y del Tribunal de Cuentas. Ese organismo que le ha quitado el sueño al Gobierno al pretender que los cargos públicos catalanes que desviaron dinero de forma ilegal para hacer campaña internacional sobre el procés paguen las consecuencias. Hace meses el exministro Ábalos, cuando todavía contaba con los favores de Sánchez, llegó a decir que ese tribunal estaba «empedrando» el camino del diálogo con la Generalitat. Se ponen ahora a negociar su renovación. Veremos el recorrido.

Ayer Sánchez no pudo contentar a todo su club de socios, tan diversos. A EH Bildu, con su raca-raca del derecho de autodeterminación le dijo que no estaba dispuesto a dividir a la sociedad vasca con referéndums interesados y binarios que no ayudan ni aportan nada. Una respuesta que recupera el discurso clásico del socialismo de sus antecesores. Pero tendrá que ir con cuidado. Si el PNV optara hoy por abstenerse en el decreto de la electricidad, necesitará del apoyo de toda la izquierda y otros grupos nacionalistas.