La nueva situación creada por este comunicado supone una verdadera revolución para España. Se constata que a lo largo de los primeros decenios las grandes alternancias políticas se han hecho en torno a la problemática de ETA: el GAL, los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004… La desaparición de ETA significará el verdadero final del franquismo.
SUD-OUEST: ¿Cómo analiza usted el último comunicado de ETA?
Jean Pierre Massias: Este comunicado que todo el mundo esperaba no va tan lejos como se hubiera podido imaginar. No es el comunicado de una organización de deja de existir. Pero hay que ver las cosas más allá de su contenido y ceñirse al contexto general que le da credibilidad.
Efectivamente, aparece después de las muy firmes tomas de posición de la izquierda abertzale a favor de un proceso político de resolución del conflicto sin violencia. Este comunicado abre puertas. El futuro dirá si tiene un carácter “histórico” o no.
¿Se imagina que un día ETA pueda escribir la palabra “Fin”?
¿Que firme su final absoluto en un comunicado? Realmente no. Probablemente eso no se produzca jamás. En cualquier caso, me parece absolutamente irreal que se haga un hara kiri, que se dé a una verdadera rendición y que pida perdón como algunos le piden.
¿Le ha sorprendido la posición del gobierno español?
En absoluto. Hoy, la palabra también la tiene España que se encuentra en un posición favorable desde el punto de vista policial y militar. Parece cerrarse en una posición de fuerza maximalista con respecto a ETA, pero no debería cerrarse la puerta.
Sin embargo, la nueva situación no es necesariamente fácil de gestionar para España que parece embarcarse en una posición maximalista con respecto al “facilitador” sudafricano, Brian Currin. Efectivamente, quiere conservar el total control de la futura gestión, contra toda intervención exterior.
¿Por qué este comunicado suscita tantas reticencias?
Hay que considerar que la nueva situación creada por este comunicado supone una verdadera revolución para España. Se constata que a lo largo de los primeros decenios las grandes alternancias políticas se han hecho en torno a la problemática de ETA: el GAL, los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004… La desaparición de ETA significará, en mi opinión, el verdadero final del franquismo.
A menudo parece que, en realidad, el primero que se muerde la lengua pone al otro en un compromiso… También hay que decir que los propósitos pueden estar muy admitidos, a causa de razones fundamentalmente políticas. Posiblemente, la realidad esté más matizada. Como para ETA, son los hechos los que cuentan. Queda por saber si las grandes fuerzas políticas españolas están preparadas para encontrar una solución con ETA, especialmente teniendo en cuenta el fracaso del anterior alto el fuego de 2006. Por lo tanto, llegará el día en el que se encuentre la solución sabiendo que lo importante en el futuro no será ETA sino el nuevo espacio político que aparecerá.
¿Le parece satisfactoria la actitud de Brian Currin, el artífice de la Declaración de Bruselas que lanzaba un llamamiento a ETA y al gobierno español?
Se le debe la tregua, al menos, en parte. Él sólo no hará la paz, pero puede ayudar en el seguimiento del proceso.
Se podrá juzgar la verdadera capacidad de España para gestionar la nueva situación, su actitud con respecto a la presencia o no de la izquierda abertzale en las próximas elecciones. En mi opinión, la ley de partidos (llamada antiterrorista) no puede ser aceptada más en el marco de una urgencia y de una actividad terrorista muy fuerte. Ya no estamos en esa situación.
¿Es juiciosa la mediación que ha desarrollado Brian Currin?
Rebatida por algunos puede parecer paradójica pero en este caso concreto, me parece muy positiva.
Sud-Ouest, Anne-Marie Bordes, 15/1/2011