JOSEBA ARREGI, EL MUNDO 26/04/13
· El autor cree que Alemania no nos obliga a hacer cosas que ellos mismos no hacen.
· Argumenta su teoría con datos comparativos sobre educación, empleo y vivienda.
· La canciller alemana ha encajado rápida y perfectamente en la definición de culpable de nuestros desastres.
A veces tiene uno la impresión de que el tiempo de democracia que hemos vivido en España, y aún vivimos, es un tiempo ubicado entre dos períodos caracterizados por dos frases significativas: el inicio de la democracia se caracterizaba por la idea de que contra Franco vivíamos mejor a la vista de lo que podía parecer como anarquía a no pocos, y de los problemas económicos que acompañaron al comienzo de la democracia.
Y estos momentos de crisis que estamos viviendo parece que se caracterizan por lo contenido en la frase de que contra Merkel vivimos, o viviremos, mejor. En situaciones de crisis graves casi todas las sociedades recurren a la estabilización de su equilibrio psicológico mediante la definición del culpable de sus desastres. La canciller alemana Merkel, como representante de su país, ha encajado rápida y perfectamente en esa función psicosocial tan necesaria.
No es cuestión de emprender un análisis acerca del acierto o desacierto de las políticas de austeridad que han sido impulsadas desde la Unión Europea, el BCE y el FMI. Pienso que hay poco que criticar en la necesidad de algunos ajustes serios dada la situación de endeudamiento de la sociedad española en su conjunto, como tampoco parece que hay mucho que criticar en que sólo esas medidas no van a conseguir revitalizar la economía para superar la insoportable lacra del paro. Si hemos vivido anticipando la demanda hasta límites insostenibles, al igual que los ingresos fiscales, ahora estamos viviendo una supresión de la demanda y un descenso de los ingresos fiscales que pueden acabar estrangulando las posibilidades de crecimiento.
Buscar un equilibrio entre los ajustes y las reformas necesarias y el impulso de crecimiento necesario me imagino que no es fácil ni para los entendidos, menos para un lego en la materia como quien firma este artículo. Pero ahora que parece que hemos encontrado al o a la culpable de nuestros males, la canciller alemana Angela Merkel y el país que representa, Alemania, no estará de más conocer algunos datos que quizá nos hagan pensar que los alemanes no nos obligan a hacer cosas que ellos no hacen, pues a ellos les es posible mantener un Estado de Bienestar y vivir en condiciones inmejorables mientras a nosotros nos asan a ajustes y recortes.
Podríamos empezar por comparar el porcentaje de estudiantes universitarios en uno y otro país, indicador relacionado con la capacidad de producción de riqueza. La juventud española está, porcentualmente, mejor preparada que la alemana, pues en el curso 2009/2010 en España había 1.412.472 estudiantes universitarios, mientras que en Alemania, con el doble de población, sólo había un tercio más de estudiantes universitarios: 2.121.190. El resultado de esta diferencia en el porcentaje de estudiantes universitarios es que en España el porcentaje de personas adultas con formación universitaria es del 30%, mientras que en Alemania es del 26%.
Siguiendo en el ámbito de la educación, Alemania está por debajo de la media de los países de la OCDE por lo que respecta al gasto en educación (2007: 4,7% frente al 5,7%) y al porcentaje de jóvenes que finalizan una carrera universitaria (25% frente al 38%). En cuanto al ranking de los sistemas de formación profesional y continua, España se ubica aproximadamente en la media de la EU24 (46,14 España, 45,5 UE), mientras que Alemania se encuentra por debajo (41,17), aunque en el conjunto de los sistemas educativos Alemania se encuentra algo mejor que España (47,77 y 46,09, siendo la media de EU23, 44,8). Son datos del informe EducationataGlance de la OCDE, del mismo organismo sobre el sistema de formación profesional alemán, así como de la Fundación Bertelsman.
Recientemente ha habido un debate bastante agrio entre los partidos políticos en Alemania debido al cuarto informe sobre la pobreza que publica el propio Gobierno federal. La oposición acusaba al Ejecutivo de haber retrasado la publicación de dicho informe para poder limar los aspectos más críticos de la situación. Al final el informe fue publicado y constata que en Alemania hay casi 16 millones de personas en riesgo de pobreza. Este riesgo se establece en relación a la línea –mediana– que marca el mismo número de personas por encima que por debajo de la misma: 1.542 euros. Quien percibe sólo el 60% de ese dinero se halla en riesgo de pobreza, casi 16 millones que perciben, como máximo, 925 euros (son datos referidos a 2008).
En relación a la pensión de jubilación, según cecu.de –portal alemán de internet para seguros y finanzas– los datos son los siguientes: a marzo de 2013, en los estados del oeste de Alemania la pensión media es de 700 euros, 970 euros en el caso de los varones, 473 en el de las mujeres. En los nuevos estados del este –de la antigua Alemania comunista– la jubilación media es de 826 euros, 1.044 en el caso de los varones, 676 en el de las mujeres.
El estudio se pregunta si estos datos son significativos, y afirma que es más indicativo hablar de la pensión de referencia que se refiere a la pensión que corresponde a un asalariado medio que ha contribuido durante 45 años al seguro de pensiones. Esta pensión de referencia se eleva a 1.220 euros en el oeste, y a 1090 en el este de Alemania.
Otro dato de interés es el relativo al empleo en las edades comprendidas entre los 55 y los 64 años. Existe una indicación de la Unión Europea de alcanzar el 50% de empleo de las personas comprendidas entre esos años para el 2014. Alemania, que parte el año 1992 con un porcentaje del 36,2% alcanza en 2011 un porcentaje del 59,9%. España, que parte el mismo año de 1992 de un porcentaje del 36,0%, llega en 2011 al 44,5%. El momento de mayor porcentaje de empleo de este grupo de personas se encuentra en España los años 2006, 44,1%, 2007, 44,6, y 2008, 45,6%, es decir, antes de la crisis. La UE alcanza el año 2011 un 47,4%. Para comparar: Suecia partía el año 1992 con un 67,3% y se encuentra hoy en un 72,3 %, según las estadísticas de Eurostat.
Un último dato. Un estudio del Banco Central de Alemania muestra que el patrimonio de los hogares alemanes es significativamente menor que el de Italia o España. El patrimonio medio de los hogares alemanes se sitúa en 54.000 euros, el de Italia en 163.000 euros y el de España en 178.300 euros. No cabe duda de que en esas cifras se esconde la diferente estructura de los países en relación a la vivienda: en Alemania sólo el 44,2% de los hogares son propietarios de la vivienda, mientras que en España ese porcentaje debe estar alrededor del 80%.
Se trata sólo de una selección de datos, eso sí, creo que significativos. Es cierto que no es fácil ni homologar datos, ni comparar las situaciones. Pero igual sirven estos datos para reflexionar.
Joseba Arregi fue consejero del Gobierno vasco y es ensayista y presidente de Aldakerta.
JOSEBA ARREGI, EL MUNDO 26/04/13