«Somos diana de muchos», insistió ayer Pascal para justificar la decisión de la Mesa del Congreso de dejar a CDC sin grupo gracias a la negativa de Ciudadanos y la abstención de PP, PSOE y Podemos. En el Senado, fue el PP quien votó en contra y el PSOE se abstuvo, con el apoyo solitario del PNV a los nacionalistas. «Desde la centralidad del soberanismo, nuestro papel es fundamental», reivindicó Pascal en consonancia con la nueva línea marcada por Artur Mas de erigirse como fuerza central del independentismo.
No obstante, Esquerra logró más votos y escaños que Convergència en junio, una circunstancia que le permite gozar de voz propia en el Congreso y rechazar la petición de los nacionalistas de integrarse en su grupo. Tanto es así que Pascal descartó ayer mismo esta posibilidad pese a que apenas 24 horas antes se había mostrado a favor. «Optaremos por quedarnos en el Grupo Mixto. Al ser el grupo mayoritario (dentro del Mixto), utilizaremos esta fuerza para hacer política desde allí», justificó Pascal después de que los líderes republicanos Joan Tardà y Gabriel Rufián dieran largas al planteamiento inicial de Francesc Homs, número uno convergente en la Cámara baja.
Precisamente ayer, la Mesa del Senado dio el portazo definitivo a CDC al tumbar el recurso presentado para que sus cuatro senadores pudieran constituirse como grupo junto a seis prestados por otras formaciones, un mecanismo habitual que se usa para alcanzar los diez exigidos por la normativa. «No lo han querido autorizar, hay una persecución contra el Partit Demòcrata Català», denunció el portavoz en la Cámara alta, Josep Lluís Cleries.
«Es evidente que el reglamento ampara perfectamente la opción de que tengamos grupo propio», aseguró ayer al respecto Marta Pascal para explicar su recurso al Tribunal Constitucional.
En el Congreso, sin embargo, Convergència no cumple con los requisitos mínimos para constituirse como fuerza parlamentaria independiente. En concreto, la norma exige haber logrado 15 diputados o cinco siempre que se supere el 15% en donde se presente o el 5% del conjunto de España. CDC logró ocho escaños, pero no rebasó el 15% de los votos ni en Barcelona ni en Tarragona. Lo que pedían los nacionalistas para sortear este escollo es que se tomara de media su porcentaje de voto de las cuatro circunscripciones catalanas, que es del 17,96%. Una opción descartada por la Mesa.
A partir de ahora, los ocho diputados nacionalistas deberán compartir las dos últimas filas del Congreso, conocidas popularmente como el gallinero, con los tres de Coalición Canaria, Nueva Canarias y Foro Asturias, los dos de Bildu y UPN, y sobretodo los cuatro de Compromís.