Mikel Buesa-LA RAZÓN
- Esta depravación política depende en lo esencial de la cantidad de poder que acumulan los partidos
Claro está que la mayor parte de esos casos corresponde al PP y al PSOE –sin apenas diferencias entre ellos–, pues son los dos partidos que más poder han acumulado en esos veinte años. Pero si relativizamos las cifras teniendo en cuenta esto último –el poder, que podemos medir contando los votos obtenidos durante ese período en elecciones municipales– entonces la cosa pinta de otra manera. Para que el lector se haga una idea general, por cada millón de votos emitidos ha habido en España 30 casos de corrupción. Tres veces por encima de ese promedio –con 96 casos por millón de votos en su conjunto– han estado cuatro partidos regionales, algunos de los cuales han tenido y tienen aún responsabilidades de gobierno. Son, de más a menos, Partido Regionalista de Cantabria, Coalición Canaria, Partido Andalucista y Partido Aragonés Regionalista. Prácticamente en la media se han quedado los partidos nacionales –PP, PSOE e Izquierda Unida– con 34 casos por millón de votos. Y claramente por debajo de la referencia, con 23 casos por millón de votos en total, los principales partidos nacionalistas o regionalistas. O sea, también de más a menos corrupción, Convergencia i Unió, Bloque Nacionalista Galego, Partido Nacionalista Vasco, Unión del Pueblo Navarro y Esquerra Republicana de Catalunya. Con esto, tenemos el 97,5 por ciento de los casos, por lo que el resto cuenta poco. Ya se ve que todos han pecado aunque algunos lo nieguen.