JON JUARISTI-ABC

  • En todos los partidos se da coba al jefe, pero lo que se acostumbra en el PSOE supera en abyección a todo lo conocido en España

No me da ninguna pena Ábalos. Imposible destilar mayor odio hacia la oposición, a la que culpa de su caída en desgracia. Es la norma en la izquierda, lo de responsabilizar a la derecha de la corrupción de los suyos. Si Koldo García Izaguirre se enriqueció cobrando mordidas por unas mascarillas de pega compradas con pasta pública, fue porque el estilo de vida de la alta burguesía habría ejercido sobre su noble alma de aizkolari guipuzcoano un efecto depravado, incitándolo a la imitación de los oligarcas rusos. Ya sé que el tipo no es de Guipúzcoa, pero en el PSE-EE y en el PSN le llaman todavía Donostias, por las que daba y por las que prometía a según qué alcalde maragato de aquí te pillo y aquí te mato.

Pasemos de Ábalos. El personaje, salvo que empiece a largar lo que sabe antes de que parezca un accidente, no tiene el menor interés. Me interesan, en cambio, los que se quedan, o sea, los que han entregado a Ábalos al sacrificio azteca y que empezarán a traicionarse entre sí la semana que viene. Me interesa especialmente la Lirio, esa que ocupa hoy la segunda posición en el rango del corral sociata (no confundir con el gallinero de los mixtos,) y que se apresuró a proclamar que ella, si fuera Ábalos, ya sabría lo que tendría que hacer. Yo creo que si ella fuera Ábalos habría hecho lo mismo que Ábalos.

Lo que más me interesa de toda esta banda de subalternos y subalternas –no tan subalternos como el maletero Ábalos, que era el Subalterno por excelencia– es su destino de ultratumba. ¿A cuál de los círculos del Infierno están destinados? En otras palabras, ¿cuál de los pecados clasificados por Dante predomina en ellos? Yo creo que la adulación. En todos los partidos políticos se hace la rosca al jefe, pero la coba corporativa a Sánchez supera en abyección a todo lo conocido hasta ahora en España, incluso a la prodigada a Francisco Franco por los progenitores de los socialistas de hoy.

Dante mete a los aduladores «en una cloaca/ que se llenaba con las letrinas humanas» (Inferno, XVIII, 113-14). Ve allí a Alessio Interminei, «col capo de merda lordo», y a la «puttana» Taide (Thais, que cabalgó sobre Aristóteles) rascándose con «l’unghie merdose». La hipótesis más aceptada es que Dante ideó este castigo a partir de la voz toscana ‘leccaculo’, sinónimo vulgar de ‘adulador’. Es decir, ‘lameculos’. Es el pasaje más escatológico de la literatura mundial. Ministros, ministras y armengolas compiten hoy en expresar el infinito asco que les producen los corruptos como Koldo y compañía. Al Padre Dante le parecían mucho más asquerosos y asquerosas los tiralevitas, turiferarias y lameculos en general, y por eso los hundió donde merecían estar, con independencia de que fueran también unos chorizos. Hay que comprarle a Ábalos una ‘Divina Comedia’ por suscripción popular, pobre tipo.