Braulio Gómez-El Correo
- Estos cinco años Europa ha sido el mejor refugio posible en un mundo donde se acabaron de romper todas las certezas
Las últimas elecciones europeas se desarrollaron entre el 23 y el 26 de mayo de 2019. Lo que pasó en los siguientes años no estaba escrito en el guion de aquella campaña electoral ni había indicio alguno de las sucesivas crisis que ha tenido que afrontar Europa y su Comisión Europea durante el último lustro. Estos cinco años Europa ha sido el mejor refugio posible en un mundo donde se acabaron de romper todas las certezas.
La pandemia paró literalmente el mundo y las vacunas se convirtieron en el recurso más codiciado del planeta. Si no hubiera habido una acción concertada de la Comisión Europea y el apoyo de todos los estados miembros en la negociación con las grandes farmacéuticas, no habríamos accedido a las dosis que necesitábamos en tiempo récord ni a un reparto equitativo de las mismas. En Europa, la campaña de vacunación se inició priorizando la inmunización de los más vulnerables, como las personas mayores, y el personal sanitario.
Con una rapidez desconocida se activó el Plan Europeo de Recuperación, comúnmente conocido como Next Generation EU, puesto en marcha en el momento más duro de la pandemia y dotado con más de 800.000 millones de euros. Por primera vez en la historia se recurrió a la emisión de deuda comunitaria mutualizada, financiada en parte con la creación de nuevos impuestos europeos, para ayudar a los estados miembros más afectados por la pandemia a acelerar su recuperación y a modernizar su modelo productivo, apostando por un futuro más sostenible y digital. Nuestra economía no se habría recuperado tan rápidamente si no hubiéramos contado con la protección de las estructuras económicas y financieras de la Unión Europea.
La invasión rusa de Ucrania tampoco nadie la vio venir y la UE demostró que puede estar a la altura y garantizar la protección de los refugiados en tiempo récord, evitando más muertes y sufrimiento innecesarios. La activación por primera vez en la historia de la Directiva de Protección Temporal permitió a casi 4 millones de personas ucranianas encontrar refugio rápido en toda la UE. El apoyo europeo a Ucrania frente al agresor ruso ha sido firme y continuado.
En sintonía con la defensa de los más vulnerables y la intervención en el mercado para proteger a la ciudadanía europea se desarrolló también estos años la reforma del mercado de la electricidad de la UE planteada al hilo de la reciente crisis de precios de la energía que tampoco estaba en el horizonte de las últimas elecciones europeas. Este ajuste nos ha traído precios más asequibles y estables a los consumidores.
Europa ha reforzado sus valores relacionados con la justicia social, la igualdad y la solidaridad. Incluso en los retos de futuro, como el del desarrollo de la inteligencia artificial, la UE aparece como potencia normativa emergente. Más allá de las campañas de los partidos en claves nacionales o autonómicas y del miedo a que ganen influencia las fuerzas reaccionarias a los valores acumulados el último lustro, las urnas deberían llenarse el 9 de junio en señal de agradecimiento a esta Europa.