Miquel Giménez-Vozpópuli

  • También al pingajo se le llama andrajo, colgajo, harapo, pingo, jirón, trapo o guiñapo

Como muchos saben un pingajo es, según definición de la RAE, un harapo o jirón que cuelga de alguna parte. Se me ocurren ciertos cargos públicos a los que se les podría aplicar el término. También al pingajo se le llama andrajo, colgajo, harapo, pingo, jirón, trapo o guiñapo. Tampoco mencionaremos nombres de próceres asociados a estos sinónimos. Los más cultos quizá recuerden la obra de teatro “Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga”, que se estrenó allá por el ya lejanísimo 1978 y que mereció un gran éxito – entre los protagonistas estaban el colosal José Bódalo y el no menos grande Manuel Alexandre – salvo para Don Luis Escobar, que dejó escrito en sus memorias que aquello le parecía horroroso.

Sea como fuere, un amigo mío y sin embargo compañero escribió el otro día a propósito de esa cortina de humo sanchista de los pinganillos, traicionado por su subconsciente, “pingajo” por “pinganillo”. Ciertamente, este último sustantivo se aplica al auricular de marras mediante el cual un español nacido, un suponer, en Baracaldo puede entenderse con otro nacido en Utrera mediante la traducción simultánea del vascuence a la lengua común. ¡Válgame el señor y qué listos son nuestros gobernantes! Siglos hablando todos la misma lengua, el español, y ahora el sanchismo ha demostrado que usted puede hablar en lo que le dé la gana menos el idioma de Cervantes, porque es cosa sabida que eso es facha y poco solidario. Espero con anhelo que a las lenguas que ya merecen la traducción parlamentaria se sumen pronto el castúo extremeño y el panocho murciano, que no merecen el desprecio de ser orilladas. Digo yo.

A lo que iba. Al menda se la trae al pairo lo que digan los nacionalistas vascos, catalanes o del rincón patrio que sea porque los tengo por mentecatos, provincianos y sin nada inteligente que decir. Pero hete aquí que salta la noticia y nos enteramos que el lehendakari emplea el español cada martes en el consejo del gobierno vasco, y que los consejeros hacen lo propio, y que la lengua materna del lehendakari es el español, y que al menos cuatro consejeros no tienen ni pajolera idea de eso que se habla en las vascongadas. Todo, mientras exhortan a que se emplee la vernácula en casas, patios de colegios, lugares de trabajo e incluso cuando vas a que te hagan una colonoscopia. De las casas de lenocinio no han dicho nada todavía.

Ahora el sanchismo ha demostrado que usted puede hablar en lo que le dé la gana menos el idioma de Cervantes, porque es cosa sabida que eso es facha y poco solidario

Y en el consejo las reuniones son en español y cuando alguien se arranca con el vascuence, cosa lógica porque todos son del lugar, y no se le entiende se auto traduce el mismo sin problemas. Ah, pero lo que hizo Ayuso marchándose a la que salieron a relucir los pinganillos es un crimen de lesa lingüística. “Falta de respeto a un pueblo”, “Gesto vinculado con la dictadura franquista” y no sé cuántas cosas más ha dicho el lehendakari. Pues que bien. Habrá que recordarle a este caballero que cobra nada menos que 113.278,34 euros brutos anuales que salen del bolsillo de todos los españoles, así como que cuando se jubile se meterá pa la saca una pensión vitalicia correspondiente a la mitad de su salario actual. Y a vivir y a comer pasteles. Con estos guarismos a ver quién es el guapo que no defiende lo que sea menester.

Ya les decía que hay pingajos y pinganillos. Aunque en ocasiones igual tengan algo que ver, cosa que ignoro y líbreme Dios de indagar, porque por menos de esto te cae la mundial. ¡Agur, Ben Hur!