Del «se acabó el terror» a «ETA está condenada a desaparecer» en una semana

ABC, 29/10/11

Viernes, 21 de octubre. No hacía ni diecinueve horas desde que la banda terrorista ETA había anunciado el «cese definitivo de la violencia», publicado en varios medios de comunicación como «Gara», la BBC londinense o el estadounidense «New York Times». Con la euforia desatada, como si el Gobierno dispusiese de más información de la que había trascendido a la ciudadanía, que aguardaba un comunicado de disolución, entrega de armas y arrepentimiento sincero dirigido a las víctimas del terrorismo que no se había producido, el ministro portavoz del Gobierno, José Blanco, pronunció una frase pasto de titulares: «Se ha acabado el terror». «Lo hemos vencido definitivamente», reproducía sus palabras en Vitoria el lendakari Patxi López en una comparecencia habilitada justo a su llegada a España procedente de Estados Unidos.

Viernes, 28 de octubre. Una semana después del comunicado, en la misma rueda de prensa tras el Consejo de Ministros de los viernes, José Blanco parece haber dado un paso atrás y en contestación a la última carta del batasuno Arnaldo Otegi, que juzgaba de «inmaduro» pedir la disolución de ETA, ha dicho otra frase que no ha pasado inadvertida. Ahora le dice a Otegi que ETA «está condenada a desaparecer», así que no se ha acabado el terror porque podría rearmarse, como ha hecho en otras treguas al terror, y volver a atentar. Según el portavoz, ahora es el momento en que solo cuentan «los pasos hacia adelante».

«Ahora es el momento en que solo cuentan los pasos hacia adelante»

El líder abertzale difundió este miércoles una carta desde la cárcel de Logroño en la que calificó la petición de disolución de ETA como una prueba del «miedo» de los partidos políticos ante el «nuevo escenario», expresó respeto por «todos los que han sufrido y sufren las consecuencias de la violencia» y envió un «emocionado recuerdo a los compañeros» muertos.

El portavoz del Ejecutivo no ha entrado a valorar las postreras declaraciones del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, que tanto revuelo ocasionaron cuando señaló que si el recluso batasuno estaba dispuesto a «avanzar» en la consolidación del fin de la violencia sería «bienvenido» y que se debieran estudiar los casos de los etarras «uno por uno» tras el alto el fuego. Blanco se ha escudado en que no había tenido oportunidad de escuchar las palabras de su ministro.

ABC, 29/10/11