EDURNE URIARTE, ABC – 13/01/15
· Europa no va a tener más remedio que comprometerse en una guerra que quería ceder en exclusiva a Estados Unidos.
Once años entre uno y otro atentado y diferencias enormes en las reacciones. En buena medida porque esa década le ha demostrado a Europa que Bush tenía razón, o que el yihadismo está en guerra contra Occidente, una obviedad negada hasta ahora por los intelectuales y políticos del progresismo europeo. Su comprensión de lo que consideraron «militarismo» y «excusas de los neoconservadores para la guerra» explica parte de las ocho diferencias esenciales entre el 11-M y el 7-E:
1) El atentado del 7-E ha tenido lugar tras una larga experiencia de lucha antiyihadista. Tras varios ataques en Europa, múltiples alertas antiterroristas, matanzas televisadas del Estado Islámico, numerosas detenciones de europeos conectados con el yihadismo. Todo lo cual ha eliminado cualquier tipo de duda sobre la autoría y los objetivos del atentado. Ni equivocaciones sobre ETA. Ni teorías de la conspiración sobre posibles autorías no yihadistas.
2) Nadie ha inculpado al Gobierno tras el 7-E. Ni los medios conservadores franceses ni el principal partido de la oposición, la UMP, han salido a recordar las posibles responsabilidades del Gobierno en la «provocación» del atentado por su participación en varias operaciones militares internacionales contra el terrorismo islamista. Y a pesar de las amenazas del yihadismo a Francia por tales operaciones. Como sí lo hicieron los medios progresistas españoles con el Gobierno de Aznar por su apoyo la guerra de Irak.
3) Tras el 7-E, ha habido una manifestación unitaria contra el terrorismo en la que el socialismo gobernante ha tenido el apoyo total de la UMP. No se han escuchado ni visto los numerosos gritos y carteles de las manifestaciones españolas tras el 11-M en contra del Gobierno de Aznar y de su apoyo a la guerra de Irak.
4) El centro-derecha francés ha respaldado sin fisuras al Gobierno socialista. Se ha desvinculado de la extrema derecha, que no fue a la manifestación, y ha elegido la unidad con el Gobierno. A diferencia del PSOE tras el 11-M, compitiendo con la extrema izquierda en la movilización contra el Gobierno («Pásalo»). 5) El Gobierno francés ha tenido un apoyo internacional unánime, incluido el de Rajoy, mientras que tras el 11-M medio planeta se dedicó a especular si el Gobierno español había tardado demasiadas horas en saber si era un atentado yihadista o uno de ETA.
6) Tras el 7-E, han desaparecido las teorías sobre la falta de integración de los asesinos y los fallos de la sociedad francesa, sobre el «contexto» y las «causas». Hay que irse hasta Argentina, hasta la decana de la Facultad de Periodismo de La Plata, para leer barbaridades que tras el 11-M fueron abundantes (veáse el artículo del domingo en «Clarín» del genial Alejandro Borensztein)
7) Ahora tampoco hay Zapateros con la Alianza de Civilizaciones y el diálogo con el islam como solución. Hasta los zapateristas comienzan a comprender que no tenemos problema alguno con la inmensa mayoría de musulmanes, tan sólo con una minoría terrorista a la que el diálogo no le interesa en absoluto.
8) La «guerra contra el terrorismo», concepto tabú en Europa tras el 11-S y tras el 11-M, comienza a ser admitido por los europeos. Con una década de retraso, Europa no va a tener más remedio que comprometerse en una guerra que quería ceder en exclusiva a Estados Unidos.
EDURNE URIARTE, ABC – 13/01/15