ABC-LUIS VENTOSO

Si el sondeo fuese cierto, Sánchez convocaría elecciones mañana

VESTIDO con traje gris y corbata roja sobre camisa blanca, un hombre de barba rala, gafas y calva repeinada en los laterales, se subió ayer a la tribuna de su Parlamento autonómico. Desde allí presentó su diagnóstico sobre el momento de España. No resultó exactamente amable con el Gobierno de Sánchez. Tachó de errada su «política de apaciguamiento» en Cataluña y llegó al extremo de compararla con las pusilánimes pamplinas de Chamberlain ante la crecida de Hitler. El hombre se llama Javier Lambán. Es el presidente de Aragón y el líder del PSOE en la región y expresó sin ambages que con este Gobierno la unidad de España peligra.

A la misma hora en que un barón del PSOE lanzaba semejante misil a la línea de flotación de su jefe, en Madrid se vivía un bochornoso sainete con la ministra de Justicia, notaria mayor del Reino, como protagonista. Dolores Delgado se aferraba al cargo, pese a haber reconocido que mintió a sabiendas y con ganas cuando aseguró que no conocía al policía corrupto Villarejo. En paralelo, se ha sabido que esta ministra del más progresista y feminista de los Gobiernos que jamás ha conocido el orbe se dedicaba en privado a vituperar con insultos homófobos al hoy ministro de Interior, Marlaska, por entonces su compañero en la Audiencia Nacional. Hipocresía suma: mucho «ellas y ellos» de fachada… y caspa a tope tras el maquillaje del Gobierno «más feminista» de la historia.

Por último, nuestro presidente eventual, no votado y encantado de conocerse andaba de gira por Nueva York, huyendo del eco del plagio probado en su libro y en su tesis y de la resaca de las mentiras y trampas con que intentó refutar esos hechos (el Gobierno todavía no ha respondido a la firma alemana que lo acusa de haber manipulado su software antiplagio para tratar de exculpar al presidente).

Mas hete aquí –¡oh milagro!– que con semejante circo de tres pistas ha hablado el CIS de Tezados, chef que pasó directamente de la Ejecutiva del PSOE a la cocina de la casa de sondeos estatal, y proclama que Sánchez sube, que sería el más votado, con casi diez puntos sobre el PP, y que se trata también del más valorado. Según este extraordinario CIS, que merece figurar junto a los cuentos de Hans Christian Andersen y los espejos deformados del Callejón del Gato de Valle-Inclán, el PP ha perdido diez puntos desde las generales de hace dos años, mientras que el PSOE de Sánchez lo está bordando y ha subido ocho.

El CIS de ayer, obviamente, es una zafia maniobra de propaganda organizada ante una situación crítica del Gobierno. Su validez tiende a cero, toda vez que el trabajo de campo es anterior a la dimisión de la ministra Montón y al escándalo del doble plagio. Por último, resulta lamentable que Sánchez, en su enésimo abuso de poder, utilice el dinero de nuestros impuestos para convertir el CIS en un instrumento de precampaña. Si el presidente no votado tuviese a día de hoy una encuesta tan favorable, convocaría elecciones mañana. En resumen, nuevo embuste gubernamental y una propuesta para Rosa María Mateos: refuerce MasterChef con Tezanos, que da mucho más espectáculo en la cocina que Carmen Lomana.