EL CORREO 23/11/12
El Ejecutivo socialista acusa de «deslealtad» a los jeltzales por su denuncia sobre un exceso de gasto de 640 millones que desmiente de forma rotunda.
BILBAO. Ni ordenado ni cordial. El traspaso de poderes entre el Gobierno vasco en funciones de Patxi López y el PNV está atrapado en un lodazal de acusaciones cruzadas que, salvo sorpresa de última hora, se prolongará no solo hasta que Iñigo Urkullu sea investido lehendakari a mediados de diciembre, sino hasta bien entrada la nueva legislatura. A día de hoy, la tensión entre las dos formaciones es máxima. La cuerda se rompió ayer, al suspenderse con apenas unas horas de antelación la reunión que ambas partes iban a celebrar con el objetivo de tratar algunas cuestiones que tendrá que abordar el futuro gabinete, como por ejemplo, los recursos que el PSE ha presentado ante el Tribunal Constitucional contra alguna de las medidas de Mariano Rajoy. La decisión de dar portazo a la cita la tomó el propio lehendakari al desayunarse en los periódicos con una denuncia del PNV en la que se aseguraba que el actual Ejecutivo está acelerando adjudicaciones antes de abandonar el poder por un importe cercano a los 640 millones de euros.
El encuentro estaba previsto por la mañana en Lakua. Por parte del Gobierno en funciones iban a acudir la consejera de Administración Pública, Idoia Mendia, y el secretario general de la Presidencia, Manu Salinero. Por el lado jeltzale, los burukides Koldo Mediavilla, Joseba Aurrekoetxea y Pilar García de Salazar, así como el parlamentario Ricardo Gatzagaetxebarria. En un primer momento iba a ser una cita discreta. De ámbito técnico.
Pero todo cambió al amanecer. Varios periódicos, entre ellos EL CORREO, se hacían eco de una denuncia del PNV en la que se aseguraba que López pretendía limitar el margen de gasto del futuro gabinete, comprometiendo partidas y adjudicaciones que, según los jeltzales, se iban a aprobar deprisa y corriendo en los consejos de gobierno que quedan hasta la investidura de Urkullu, tres como máximo. Entre ellas estarían 249 millones asignados a un fondo de innovación, 55 para el metro de San Sebastián y 40 para la adquisición de chalecos antibala para la Ertzaintza.
Malestar del lehendakari
El malestar entre los socialistas fue mayúsculo. Aunque algunos miembros del Gobierno apostaban por mantener el encuentro a pesar del enfado, López se negó al considerar que los jeltzales habían superado todos los límites de la «deslealtad» institucional al «mentir» de forma intencionada. A partir de ahí se sucedieron los acontecimientos. Mendia telefoneó a Aurrekoetxea para informarle del cambio de la agenda. Eran alrededor de las 9.30 de la mañana.
Hora y media después, Mendia y Salinero comparecían en rueda de prensa. Sus rostros reflejaban el malestar existente con las afirmaciones «malintencionadas» y «sesgadas» del PNV para dañar la imagen de López. Porque para los socialistas la estrategia jeltzale es muy clara: extender «una mancha» sobre la gestión del PSE para poder justificar futuros e hipotéticos recortes con el argumento de la herencia recibida.
EL CORREO 23/11/12