EL MUNDO 23/04/14
· Rajoy urge a Mas, tras el ‘no’ del Congreso a la consulta, a decir «qué es lo que quiere»
Como si nada hubiera ocurrido, como si el Congreso no hubiera votado abrumadoramente en contra de transferir a la Generalitat la competencia para celebrar una consulta de tinte secesionista, desde CiU se mantienen firmes instando al presidente del Gobierno a mover ficha en favor de un nuevo «encaje» de Cataluña en la construcción institucional. Y si desde el bando catalanista la posición se mantiene pétrea, en La Moncloa sucede otro tanto. Mariano Rajoy no encuentra ya más argumentos jurídicos, políticos, económicos e incluso sentimentales que proporcionar para convencer a los catalanes de que la aventura independentista conduce a la ruina: el presidente ya los ha desgranado todos. Y ayer, en el Pleno del Senado, volvió a repetirlos. El único matiz que introdujo el jefe del Gobierno en su intervención fue el de ofrecer abiertamente a Cataluña «diálogo», aunque a cambio de que la parte contraria ponga sobre la mesa «imaginación» y explique con claridad, ateniéndose a la Ley, «qué es lo que quiere».
Lo hizo a instancias del senador catalán Josep Lluís Cleríes cuando ayer echó en cara al presidente que su «declaración de amor» a Cataluña se tradujera en una simple frase hueca, y le acusara de pretender únicamente la recentralización de las competencias en el Estado, en tanto que la aspiración de la Generalitat es –dijo– «servir a las personas». Cleríes instó al presidente a atreverse a preguntar a los catalanes qué es lo que piensan, y demostrar así de forma fehaciente su amor por ellos.
Rajoy se revolvió indignado. El presidente mantiene que el único objetivo de su trabajo es «mejorar la situación de todos los españoles» sin permitir, añadió, que «el afecto» le «nuble la conciencia». «Me lo tomo», aseguró, «como un motivo de respeto y no de sorna».
Después, el jefe del Ejecutivo reprochó al presidente de la Generalitat que no acudiera el pasado día 8 al Congreso de los Diputados a defender su posición y sus argumentos, como manda, recordó, «la legalidad». Y también que, a estas alturas, no se dé por aludido con el resultado que arrojó la votación de la Cámara.
Rajoy no dudó en apuntar con el dedo acusador a Mas urgiéndole a explicar por qué no quiere que todos los españoles decidan sobre lo que les afecta de lleno y por qué no explica a los catalanes cuáles serían las consecuencias de la secesión.