- «Es Hamás, y no Israel, la que busca exterminar un pueblo entero. Y es Hamás quien busca el exterminio del pueblo judío y el principal enemigo de los palestinos, a los que tiene por rehenes, en la pobreza y el aislamiento, mientras los usa de escudos humanos»
Occidente vive una tragedia: de buenas a primeras se ha organizado una campaña mediática contra el derecho del Estado de Israel a defenderse del intento de exterminio de su población y el borrado del mapa de sus fronteras. Unas fronteras que representan la cabeza de puente de nuestra civilización en Oriente Medio. Ahora lo importante es que los familiares de una parte de los secuestrados por Hamas se manifiestan exigiendo al Gobierno de Israel su liberación. Incluso una docena acampa a las puertas del domicilio del primer ministro. Parecería como que Netanyahu es quien los ha secuestrado y eso produce enorme regocijo en la izquierda española y occidental.
Pero en los últimos tres días una dirigente española ha reivindicado el buen nombre de nuestro país. Ha sido Isabel Díaz Ayuso, que después de visitar años atrás el campo de concentración de Auschwitz, volvió a hacerlo el pasado domingo. Yo hice esa visita el 24 de abril de 2017. Con mi mujer y con amigos judíos hicimos la Marcha de los Vivos desde Auschwitz hasta Birkenau, a pie, junto a la vía del tren. La recuerdo como una de las experiencias más espeluznantes de mi vida. Y por eso entiendo muy bien las palabras de la presidente madrileña ayer en la capital de la Galitzia polaca. No pudo ser más clara: «Los atentados de octubre cometidos por Hamás no nos dejaron indiferentes. Muchos no somos capaces de olvidar aquellas escenas contra mujeres, jóvenes que disfrutaban de un festival de música, de niños y mayores desaparecidos o personas grabadas mientras eran secuestradas.
»Se trata del mayor ataque contra el pueblo judío desde la Shoá. Lamento que tantos sean incapaces de comprender el golpe moral y anímico que han supuesto estos atentados en casa, después de una historia de diáspora, expulsiones y persecuciones, de muerte hasta el exterminio. Visitar Auschwitz siempre es estremecedor. Hacerlo en esta coyuntura, lo es mucho más.
»Es Hamás, y no Israel, la que busca exterminar un pueblo entero. Y es Hamás quien busca el exterminio del pueblo judío y el principal enemigo de los palestinos, a los que tiene por rehenes, en la pobreza y el aislamiento, mientras los usa de escudos humanos.»
Estas palabras de la presidente de la Comunidad de Madrid me parecen muy relevantes después de la intervención del portavoz del Partido Popular en el Congreso, Miguel Tellado, quien afirmó el pasado 12 de enero que una vez que el Rey había hecho un discurso en favor de los dos estados, ésa es la posición que apoya su partido. Es increíble que a estas alturas el PP tenga un portavoz tan relevante que no sepa que las posiciones del Rey en política exterior son las que marca el Gobierno. No tiene autonomía para fijar posturas propias. Sólo puede, con sus propios contactos y prestigio, ayudar a las posiciones que marca el Gobierno en política exterior. Y con lo mucho que cambia este Gobierno de posición, Tellado puede conseguir que el PP se convierta en una pantomima del Gobierno teniendo que aplaudir sus cambios cada vez que el Rey tenga que pronunciar un discurso en esta materia.
Dato no menor, por cierto, la cara de cuerno con la que asistía al acto de ayer en la Reunión Anual en Recuerdo del Holocausto de la Asociación Judía Europea, a la que se dirigió Díaz Ayuso, el secretario general de la Alianza de Civilizaciones. En España es más conocido por su nombre y apellidos: Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé.
Estamos viviendo una tragedia en Gaza porque nadie quiere recordar que esto se debe al ataque genocida que lanzó Hamas el 7 de octubre sabiendo que eso necesariamente iba a provocar una reacción de Israel que costaría la vida a muchos gazatíes. Pero cada vez que los medios de comunicación nos dan una cifra de muertos en Gaza olvidan citar un dato relevante: son los números que ofrece el grupo terrorista Hamas, que ha decidido martirizar a la población sobre la que gobierna, sin que nadie pueda contrastar sus cifras. Ésta es la transparencia informativa sobre la que se construye la opinión de Occidente. Menos mal que la presidente de la Comunidad de Madrid ha tenido el valor de salir a reivindicar la verdad y la vida.