Disolución errada

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 07/05/2013

· Los papeles daban cuenta este fin de semana de que Gesto por la Paz había acordado su disolución. Gesto había nacido en 1986, año en el que ETA asesinó a 42 personas, entre las que se cuentan Prado y Colón de Carvajal, Sáenz de Ynestrillas, el general Garrido y su familia y el mando de la Ertzaintza Genaro García Andoain.

Gesto por la Paz hizo visible un dolor y una posición moral que hasta su aparición eran cuidadosamente disimulados por los ciudadanos vascos. Estos chicos popularizaron el lazo azul como señal de protesta silenciosa contra los secuestros, trasmuta protesta de sus concentraciones tras cada asesinato y que anima su manifestación anual, que desde 1988 convocaban en el aniversario de la muerte de Gandhi, cuyo lema La paz es el camino les inspiraba.

Cuenta hoy Casimiro García-Abadillo que los expertos de la lucha antiterrorista barruntan que ETA no se va a disolver. La que tenía que disolverse era ETA, no Gesto, que muy bien podría haber aplazado su iniciativa hasta el fin de la banda terrorista y mientras sus albaceas testamentarios no hayan roto con el legado espiritual de la difunta.

En Interior soñaban un fin como el de los polimilis, con aquella rueda de prensa de los Aulestia que dio tan vistosos titulares a la prensa española en enero de 1985: adiós a las armas, etc. No va a poder ser. Están dispuestos a hacer un paripé, una entrega simbólica, pero en una negociación con el Gobierno. La ensoñación de los terroristas ha estado siempre encaminada hacia la idea de un armisticio del que sacar alguna ventajilla. Aquí está nuestro Maroto, ¿dónde está vuestro Espartero?

Están derrotados por las Fuerzas de Seguridad del Estado y por las conveniencias de la causa abertzale. Después de todo, si han matado tanto no ha sido para satisfacer ninguna psicopatía, sino para conseguir el poder. Si les ha bastado hasta ahora con una mirada distraída a la Ley de Partidos, la legalización y los votos, ¿para qué otros esfuerzos?

Nada que parezca rendición. Siguen diciendo que no se disolverán sin una negociación sobre los presos o un desarme bilateral: ellos dejan las armas y la Guardia Civil y el Ejército salen de Euskadi, con árbitro internacional para vigilar el proceso y garantizar su cumplimiento. Otro abrazo de Vergara. Uno de los grandes errores que se han cometido con ellos fue llevar el plan de paz a Estrasburgo y aceptar la conferencia de Ayete. El Gobierno no puede hacerles otro reconocimiento simbólico ni Gesto debería haberse disuelto. ¿Para qué, si ya no matan? Para sostener el relato. Habría sido una hermosa y necesaria labor para este tiempo.

SANTIAGO GONZÁLEZ, EL MUNDO 07/05/2013