Juan Pablo Colmenarejo-ABC
- Se legisla para crear generaciones felices, más que de provecho, eliminando exámenes y repartiendo aprobados generales
Estación de Metro de Moncloa, no confundir con el Palacio donde se amasa el tiempo con las manos. Noche del viernes, un par de sorbitos antes de la medianoche. Asoma el sábado y el andén de la 6, abarrotado. Uno de los conductores tira de retranca chamberilera: «Van a trabajar, como nosotros». Los vagones no tragan más jóvenes con el móvil en una mano y la bolsa de la ingesta en la otra. Litros de alcohol, como cantó Ramoncín, corren por las venas de la Ciudad Universitaria: abierta hasta el amanecer. Bebidas espirituosas con su mezcla, degustadas a morro por muchas bocas a la vez, con las mascarillas de coderas: «Ya estamos vacunados, ¿dónde está el problema?, amargados.» Veinticinco mil
nacidos este siglo, apelotonados, al abrigo de la Facultad de Derecho. El mejor sitio para incumplir la ley. El botellón de la Complutense debe ser casi el único acto presencial al que han acudido los alumnos desde marzo del 20. Los profesores le han cogido el gusto a dar clase a distancia, a través de una pantalla. Ya lo dijo el inolvidable Andrés Montes: «La vida puede ser maravillosa».
El botellón se ha convertido en un acto de protesta. El no me da la gana de la pandemia. Los policías, municipales y nacionales, tenían entrada de primera fila. No disolvieron, temerosos de empujar a la masa hacia la cercana autovía y a uno de los accesos del Palacio de la Moncloa. La España real hubiera chocado de frente con la valla de la España oficial. La brecha generacional ya no solamente se abre por lo tecnológico. Confinados, escucharon aplausos y canciones. No vieron, los demás tampoco, ni la masacre en las residencias de ancianos, ni las escenas cuasi bélicas de las urgencias hospitalarias. Como si no hubiera ocurrido, ajenos a la tragedia ocultada. Nunca sabremos por qué. Se legisla para crear generaciones felices, más que de provecho, eliminando exámenes y repartiendo aprobados generales. Veinte años sin reducir el porcentaje de ninis, ni estudian ni trabajan. Para el fin de semana que viene se anuncia otro macro botellón en la Autónoma de Madrid. Irán apretujados en el último Cercanías. La vida sigue. ¿Dónde está el problema?