EL MUNDO – 08/02/16
· Khadijetou Boichiri y Maribel Castelló, ambas del partido independentista Aralar, cobraron del Parlamento Vasco en 2012 10.285,18 euros cada una, 20.570,36 en total, sin ni siquiera tomar posesión del cargo.
· Formaron parte de la lista de 47 diputados autonómicos que solicitaron la prestación que se abona entre legislaturas, entre la disolución de la Cámara y la constitución de la siguiente, a pesar de no haber participado en ni una sola comisión ni pleno y de no haber trabajado ningún día hábil.
Su historia como parlamentarias fantasmas guarda relación con la división interna de Aralar, partido de la izquierda abertzale fundado en 2001 por Patxi Zabaleta y que se escindió de la antigua Herri Batasuna tras distanciarse de la violencia de ETA. En 2012, esta formación ya había iniciado el camino hacia su integración en EH Bildu con Sortu, EA y Alternatiba (una escisión de IU en el País Vasco), lo que suscitó la contestación interna de un sector encabezado por Aintzane Ezenarro (hoy asesora en el Gobierno del PNV).
Aralar contaba con cuatro escaños en la Cámara vasca durante el mandato de Patxi López. Pese a la oposición de la dirección, Ezenarro impulsó y participó, con dos de sus tres compañeros, en una ponencia de paz crítica con ETA junto a PP, PSE-EE, PNV e IU. Ello terminó por dinamitar el partido y, a finales de julio de 2012, la propia Ezenarro y sus dos compañeros críticos dimitieron. Sus sustitutos llegaron el 1 de agosto y eran Khadijetou Boichiri, Maribel Castelló y Ernesto Merino. Las dos primeras tampoco eran afines a la dirección y, junto con Merino, hoy cargo de EH Bildu, tenían previsto tomar posesión en el primer pleno a la vuelta de las vacaciones.
Pero el panorama político vasco dio un vuelco aquel mes de agosto de 2012. Patxi López, roto su pacto con el PP de Antonio Basagoiti, decidió adelantar las elecciones autonómicas y en pleno verano disolvió el Parlamento, en concreto el 28 de agosto. Los nombrados parlamentarios de Aralar, por lo tanto, nunca llegaron a ejercer ni consta actividad alguna por su parte en la Cámara vasca. Ni siquiera tomaron posesión del escaño formalmente.
Sin embargo, Boichiri y Castelló sí solicitaron la prestación que abona la Cámara en los meses que van desde su disolución hasta el primer pleno de la siguiente legislatura. Según consta en el Portal de Transparencia abierto en los últimos días por el Parlamento, forman parte del listado de 47 aforados de todos los partidos que cobraron los 10.285,18 euros fijados por la Mesa como compensación entre legislaturas. Merino, en cambio, renunció a estos emolumentos.
Boichiri, en principio, alegó que era funcionaria interina de la sanidad vasca (Osakidetza) y que su designación política le perjudicó a la hora de recibir ofertas laborales. En cuanto a Castelló, fuentes de Aralar recalcan que en aquel momento ya no formaba parte de la disciplina del partido y que actuó por libre.
EL MUNDO – 08/02/16