ARCADI ESPADA – EL MUNDO – 24/12/15
· Debo hacer un anuncio importante: Pedro Sánchez ha perdido las elecciones. Me acuerdo de Paco Godia, aquel gigante. Tenía el testamento del caudillo Franco encima de la mesa. Y decía: «Yo estoy dispuesto a olvidar que hubo una guerra civil. Estoy dispuesto a olvidar, incluso, que la ganamos. Pero en modo alguno aceptaré que la perdimos.»
De acuerdo. Puede aceptarse que el Partido Popular no ha ganado las elecciones. Incluso que todos las han perdido. Pero es imposible sostener que el Partido Socialista las ha ganado. Si hay un partido que no puede aferrarse a nada para disimular su descalabro es el PSOE de Sánchez. Y de ahí que recurra con desesperación a la posibilidad de formar gobierno. Pero sólo tiene dos opciones, y dificilísimas. La primera pasaría por asegurarse los votos de C’s y la abstención del PP y/o del resto de los grupos parlamentarios. La abstención del PP es impensable.
La del resto de la Cámara, muy difícil; pero aún es algo menos difícil que los votos favorables de C’s, cuyo futuro quedaría probablemente arruinado en una operación de esta naturaleza. La segunda posibilidad es que Sánchez se asegure los votos favorables del partido Podemos y, en razón de lo que hiciera C’s, el apoyo o la abstención de los partidos independentistas. Sobre esta posibilidad y su sentido la mejor crítica la hizo el propio Sánchez cuando Mas trataba de asegurarse el apoyo de la Cup a fuerza de concesiones cada vez más infamantes. Déjese de black friday, le dijo, acentuando mucho el black.
Cualquiera de las posibilidades son políticamente más complicadas que la abstención del PSOE ante la candidatura de Rajoy e incluso que su apoyo activo a la idea de una gran coalición entre los tres partidos constitucionalistas, que es lo que apoyan los ciudadanos españoles con dos dedos de frente. Pero además de su superioridad política y moral, el apoyo activo o pasivo del PSOE a un Gobierno liderado por el PP es la menos mala de las soluciones para el futuro del propio socialismo y sus posibilidades de reconstruirse en una fuerza política razonable, moderna y… decente.
Sánchez declaró ayer que los españoles han dicho no a la política del presidente Rajoy. Sería interesante que, una vez aliviado, el líder socialista meditara ahora sobre la cantidad de españoles que han apoyado la política de defensa de la soberanía nacional solemnemente acordada antes de las elecciones por los tres partidos constitucionalistas.