EL CORREO 12/09/13
PNV y Bildu coinciden en la Diada. Pero mientras la izquierda abertzale se mira en su espejo, Sabin Etxea relega el soberanismo
Respeto y reconocimiento pero salvando las prudentes distancias o entusiasta adhesión y espejo en el que reflejarse. Ésas son las dos miradas con que el abertzalismo vasco contempla el fenómeno independentista catalán. Los lazos entre Cataluña y Euskadi siempre han sido sólidos y sus caminos, más o menos paralelos, con un nacionalismo institucional fuerte que ha reivindicado, con distinta intensidad según el momento, el derecho a decidir de las nacionalidades históricas. Hoy, aunque tanto el PNV como la izquierda abertzale respaldan expresamente con su presencia en Cataluña la fiesta nacional de la Diada, su grado de identificación con el órdago de Artur Mas difiere radicalmente.
La «tercera prioridad» El PNV ha prescindido del método de Mas e Ibarretxe y busca un consenso transversal en Euskadi
La traslación a Euskadi Para Bildu, Cataluña es el «modelo a seguir» porque «genera más ilusión que el pacto PNV-PSE»
Más corta, eso sí, la del PNV, que desplazó a su presidente, Andoni Ortuzar, y a uno de los ‘hombres fuertes’ del EBB, Joseba Aurrekoetxea, que, en clave sobre todo institucional, asistieron a los actos oficiales que se sucedieron en la capital catalana: la ofrenda floral ante el monumento a Rafael de Casanova y el acto institucional organizado por Govern y Parlament en el parque de la Ciutadella, además de acompañar a CiU, partido ‘hermano’, en la vigilia en el Fossar de las Moreres, donde cayeron los combatientes abatidos durante el sitio de Barcelona en 1714. En cambio, los burukides, igual que Mas, prefirieron no sumarse a la demostración de fuerza independentista, con el argumento de que se trata de un acto eminentemente «para catalanes».
La delegación jeltzale guipuzcoana que se desplazó a Barcelona, encabezada por Joseba Egibar y Markel Olano, no dudó en mostrarse algo más entusiasta y colgó en la cuenta de Twitter del exdiputado general una foto frente al Palau de la Generalitat con una ikurriña y la bandera independentista catalana, la ‘estelada’. En cualquier caso, el PNV se está esforzando en mantener una prudente reserva hacia lo que sucede en Cataluña por una razón básica: el soberanismo, como ha reconocido el propio Ortuzar –que manifestó ayer su solidaridad con el pueblo catalán ante la «incomprensión» del Estado a la consulta– ha pasado a ser «la tercera prioridad» del Gabinete jeltzale, tras la salida de la crisis y la consolidación de la paz y la convivencia. Ortuzar ha dicho no tener problema en que la consulta vasca, que el PNV fechó en 2015, se aplace un año, e igual de condescendiente se mostró ayer con la posibilidad de que Mas retrase la suya y la reconvierta en unas elecciones plebiscitarias en 2016.
En manos del Parlamento
De hecho, el Ejecutivo de Urkullu, en las antípodas del método de Ibarretxe y del president Mas, ha decidido inhibirse del proceso soberanista y dejar el debate sobre el nuevo estatus político en manos del Parlamento, donde se constituirá este otoño una ponencia para avanzar, sostienen, en la consecución de un acuerdo transversal y de amplia base para el que no bastaría una mayoría abertzale. La Cámara, según subra-
yó ayer el portavoz Josu Erkoreka, «debe asumir el liderazgo» en ese terreno. Por lo demás, «absoluto respeto» al «derecho legítimo» de Cataluña «a plantear las iniciativas que considere convenientes para hacer efectiva su afirmación nacional».
Todo lo contrario que Bildu y Amaiur, que echaron el resto, en Euskadi y Cataluña, para dejar patente su identificación plena con el órdago independentista. Autobuses desde Bilbao, alguna bandera con la leyenda ‘presoak Euskal Herrira’ en el arranque de la ‘vía catalana’ en Plaza Catalunya y la entusiasta participación en la cadena de los representantes de la izquierda abertzale –dos parlamentarias vascas, tres diputados en Madrid, uno navarro y el dirigente de Sortu Pernando Barrena– no dejaron lugar a dudas. EA, que mantiene estrechos vínculos con ERC, envío su propia representación con Pello Urizar a la cabeza. Ayuntamientos gobernados por Bildu, como el de San Sebastián o el de Sopelana, colgaron la ‘estelada’ de sus balcones. Todo, para dejar claro, como dijo Urizar, que «es muy factible» que la efervescencia catalana se traslade a Euskadi. O que, como subrayó Hasier Arraiz, la vía catalana «genera más ilusión en Euskadi» que el pacto PNV-PSE.