Del Blog de Santiago González

Si hace dos meses me llegan a decir que iba a sentir nostalgia de Isabel Celaá como portavoz no lo hubiese creído. Ha tenido que llegar ‘Chiqui’ Montero para ponerme en razón. Celaá era un desastre, sí, pero estaba alfabetizada. La ministra portavoz, virtuosa en el despeño de la d en posición intervocálica, no es la ministra más cualificada para hablar en nombre del ‘Estao’. La traductora al lenguaje de sordos que sale junto a ella en las ruedas de prensa debería ir acompañada por una colega que tradujese la abstrusa parla de la ministra al román paladino, vale decir al castellano.

Abrió la rueda de prensa con una cadena interminable de agradecimientos a tirios y a troyanas, a trabajadores y trabajadoras, a confinados y confinadas. ¿A qué me suena esto? pensaba yo, y era a los discos dedicados de Radio Andorra de cuando era niño. Eso con respecto a las formas. Luego está lo del ‘conceto’. Para minimizar el impacto que el parón de 15 días va a producir en la economía de las empresas, ella se abonó a la teoría expuesta por el presidente en su última comparecencia y dijo que no era para tanto, que en realidad se trataba de una prolongación a los ocho días de vacaciones de Semana Santa, que tocan por ahora. Cuánto desahogo y cómo se nota que toda esta tropa no ha tenido nunca contacto con el mundo empresarial ni con la economía real. ¿Dónde habrá vista esta alma de cántaro una empresa en la que los trabajadores (y las trabajadoras, claro) tengan ocho días de vacaciones por Semana Santa?

Ya metida en faena se adornó: “Estamos consiguiendo doblegar la curva, así lo ponen de manifiesto los datos”, dijo la buena mujer el mismo día en que se registraba  el record histórico en número de fallecidos (849) y de infectados (9.222). Y ya todo seguido manifestó su confianza en que tengamos la vacuna pronto. ¿Con qué fundamento? Con la esperanza que expresaban al respecto el doctor Sánchez y Rodríguez Zapatero. ¿Con qué instrumento analítico, si puede saberse? Con dos: el reputado ojo de buen cubero y el no menos afamado optimismo antropológico.

Y luego, ya en plan de ‘chiudere in bellezza’, la portavoz, hecha un pantocrátor entre Pablo Iglesias, a su derecha y Nadia Calviño, a su izquierda, anunció que cedía la palabra al “vicepresidente económico” (sic) Él compareció como suele, para dar su mitin. En su cuarta violación de cuarentena, recalcó nuestro deber de estar confinados. Predicar con el ejemplo. Agradeció a los de la Fuerzas Armadas, “en especial a las mujeres y hombres de tropa y marinería”, sin explicar por qué a suboficiales, oficiales y aún jefes no les agradecía nada. ¿Recuerdan cuando este tipo abogaba por “romper el candado del 78 y empezar desde cero”? Bueno, pues ayer el candado del 78 se había convertido en ‘el escudo social de la Constitución Española’ y enumeró varios artículos a título de ejemplo, además del 128, al que ya se había referido la víspera como coartada legal para su versión del ‘Exprópiese’ chavista. Elisa de la Nuez, excelente abogada puntualizó con pertinencia. “Conviene leerse también los otros 168 artículos. Dan una visión más de conjunto”.

Ya en plan quema de restos invocó como autoridades a “los padres y madres y de la Constitución”, no digo más.