EL MUNDO 16/10/14
El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, y el del PSC, Miquel Iceta, han mantenido en las últimas semanas varios encuentros para explorar la posibilidad de que los socialistas sustituyan a ERC como aliados de Artur Mas en el Parlament. Con esta fórmula, todavía «muy verde» en palabras de Iceta, el presidente catalán podría aprobar los Presupuestos de 2015 y terminar la legislatura.
Según fuentes conocedoras de estos encuentros, Duran actúa «totalmente» por libre, a espaldas de Mas, que sigue rechazando la posibilidad de dar un giro a una legislatura hasta ahora protagonizada por el acuerdo de estabilidad entre CiU y ERC.
La marcha atrás de Mas con respecto a la consulta del 9-N –la ha convertido en un confuso «proceso participativo», con voluntarios y sin garantías legales– ha provocado una gran tensión entre el Govern y Esquerra, además de con el resto de partidos soberanistas. Y en este momento, Duran, que siempre ha visto con mejores ojos una alianza con los socialistas que con los republicanos, está jugando sus cartas.
En la reunión del lunes en Barcelona, en la que se rompió el consenso de los partidos soberanistas, se vivieron momentos de gran hostilidad entre Mas y el líder de ERC, Oriol Junqueras. Según fuentes informadas sobre ese encuentro, el presidente de la Generalitat llegó a amenazar a su hasta ahora socio con aprobar los Presupuestos de la Generalitat de 2015 de la mano del PSC si los republicanos le retiran su apoyo.
Con este movimiento, Mas daría un paso más en el que parece ser ahora su principal objetivo: ganar tiempo. Una alianza con el PSC de Miquel Iceta le permitiría apurar la legislatura hasta 2016. El presidente de la Generalitat ya dijo cuando renunció a la consulta del 9-N inicialmente prevista que sólo se planteaba adelantar las elecciones si era para formar una «lista conjunta» soberanista, que ERC rechaza.
Desde sectores cercanos al líder de Unió se contempla la jugada como una manera de convencer a Mas de que un cambio de aliados podría no ser tan malo. Obligando al president a elegir entre ERC y el PSC, Duran estaría «sumando, y no restando», a la espera de que si llega el momento de la ruptura total entre Mas y Junqueras él pueda ofrecer una alternativa ya madura.
Sin embargo, todos los implicados admiten que las conversaciones son aún muy preliminares. El primer secretario del PSC recordó ayer que la posibilidad de un cambio de estrategias en Cataluña «depende de Mas y no de Duran», aunque advirtió de que sus contactos con el líder de Unió son en las últimas semanas «frecuentes».
Otras fuentes del partido afirmaron que «a corto y medio plazo» hay muy pocas opciones de que la alternativa cuaje. En cuanto a Duran, ayer insistió en los pasillos del Congreso en que no es partidario de unas elecciones adelantadas, y por ello defendió la posibilidad de que el Govern se asegure la mayoría hasta el final de la legislatura. «Si es con ERC, perfecto; si es con ERC y el PSC, mejor; y si no es ERC, pues habrá que buscar a otro», dejó caer.
Durante la sesión de control, Iceta insistió en la posibilidad de un nuevo escenario. Acerca del nuevo 9-N se preguntó: «¿Qué ganamos?». Y añadió: «Los catalanes no habrán votado en la consulta prometida. Si quiere convocar unas elecciones anticipadas, ¿por qué no lo hace? Y si no quiere, ¿por qué no hablamos de qué hacer en los próximos dos años?».
Porque Mas constató ayer en la Cámara catalana que su marcha atrás con la consulta le ha dejado solo. Sus hasta ahora compañeros de viaje en el proceso soberanista se mostraron indignados con la nueva fórmula del 9-N, y los republicanos incluso dejan en el aire el apoyo de su partido a los Presupuestos de 2015, imprescindible si Mas no quiere recurrir a otros partidos.
El líder de ERC acusó a Mas de «romper la unidad» soberanista, y le ofreció volver a ella: «Le rogamos que recupere el escenario de la consulta que teníamos pactada». Pero el presidente catalán defendió la nueva votación como «la única posible» después de que el Tribunal Constitucional (TC) suspendiera el decreto anterior, como estaba previsto.
Mas insistió en que después del 9 de noviembre quiere encabezar una lista conjunta con ERC en unas autonómicas anticipadas, pero los republicanos sólo la aceptarían con una condición que Mas no ve clara, y Duran mucho menos: que inmediatamente después de una eventual victoria, esa candidatura proclame la independencia de forma unilateral.
Más duros que Junqueras estuvieron Joan Herrera (ICV) y Quim Arrufat (CUP). «¿Qué sentido tiene quemar la consulta? Si lo que quiere es un proceso participativo para movilizar, ¿por qué decir que esto es la consulta?», dijo Herrera a Mas sobre su propuesta alternativa.
En cuanto a Arrufat, recordó que «todos sabían que el TC suspendería la ley y la consulta», y acusó al presidente de la Generalitat de «engañar a todo el mundo» y de «jugar» con la ilusión de los ciudadanos.