Duran, soberanista de noche

ABC 08/12/12

El líder de UDC hace equilibrios mientras en CDC le culpan de la derrota del 25-N.

¡Por aquí no pasarán!» Las heridas abiertas en el seno de CIU ya tienen remedio: leña al enemigo común, que ahora es Wert.

En uno de sus «gags» más celebrados, el programa de sátira política de TV3 «Polonia» retrataba a Josep Duran obligando, literalmente, a Artur Mas a comerse una bandera «estelada» con patatas tras las elecciones del 25-N. «Ya te lo decía yo», le espetaba Duran a un compungido «president», trasquilado tras un adelanto electoral que buscaba el estado propio por la vía rápida.

Se sabe, porque lo ha dicho él mismo, que Duran no soporta la imitación que de él hacen en el «Polonia», un malestar que parece estimular aún más a unos guionistas que, ciertamente, material tienen de sobra. Y es que, en los últimos meses, y de manera especial en esta pasada semana, las idas y venidas, los líos internos y la confusión en el seno y en el liderazgo de Unió Democràtica han dado para una película: algo así como «La doble vida de…» con un Duran independentista de noche pero confederalista de día, hombre de Estado por la mañana pero soberanista por la tarde.

Quintacolumnista

No es novedad. El complejo juego de equilibrios y recelos en el seno de CiU, federación que integran CDC y UDC, es tan antiguo como la propia alianza, pero la cabalgada soberanista emprendida por Artur Mas y su núcleo de confianza, que no es de Unió obviamente, ha tensado más que nunca la relación, sobre todo por el castañazo electoral en que ha desembocado. La lectura que se ha hecho del resultado es doble: Unió culpa al núcleo de Mas de obligar a los catalanes a escoger en un peligroso todo o nada, mientras que desde CDC se acusa a Duran de tibieza soberanista, y de ser algo así como un quintacolumnista que con sus dudas está saboteando el proceso hacia la independencia.

Las consideraciones de Duran ante el consejo de Unió el pasado sábado han escocido en CDC. Allí, y a toro pasado, como se dice, el líder de Unió abandonó la retórica independentista empleada en campaña y retomó su discurso más centrado, apelando a su partido a no dejarse arrastrar por la dinámica soberanista, llamando a tender puentes con el PP y manifestando su preferencia por un pacto con el PSC antes que con ERC.

Las reacciones no se hicieron esperar, y el «giro españolista» de Duran acabó propiciando esta semana la salida del partido del alcalde de Vic y líder del sector independentista, Josep Maria Vila d’Abadal. Mientras, en CDC tampoco se cortaron, y Oriol Pujol señalaba que la «tibieza» de Duran en campaña, atendiendo, claro, a la nueva escala en Cataluña, explicaba en parte el resultado del 25-N.

En definitiva, un monumental lío que ayer el mismo Duran trató, puede que sin mucho éxito, de aclarar. En su carta semanal a la militancia, Duran denunciaba «manipulaciones» para enfrentarle al presidente Mas: «Siempre que se han configurado dos bloques (…) Unió ha recibido de ambos lados, pero nadie (…) nos apartará del camino de negar que todo tenga que ser blanco o negro». Y justificando sus consideraciones del pasado sábado, puede que enredó más el asunto: «Es completamente falso que hiciera un discurso antiindependentista». Unió, dijo, «tiene y tendrá militantes independentistas», pero, recordó, la apuesta «mayoritaria» del partido es la «confederación».

Abroncado en los mítines

Es el último requiebro de un Duran que, no es un secreto, se siente incómodo desde que CiU empujó a Cataluña por la pendiente soberanista. La última Diada fue clave: se hizo el remolón, para, al final, cuando la manifestación tomaba cuerpo, acabar acudiendo renqueante en sus muletas. Comenzaba una transformación que se completó los días posteriores, cuando el hombre de CiU en Madrid pareció abrazar la nueva fe y dijo amén cuando Mas pisó a fondo el acelerador hacia el estado propio. La ola soberanista pasó por encima del confederalismo.

Sí es cierto que en campaña matizó, apuntando que lo de la entrada automática en la UE no estaba muy claro. En definitiva, expresando unas dudas que muchos vieron como la prueba de su falsa conversión independentista. La militancia de CDC no se lo acabó de creer, y en los mítines de campaña, más que aplaudirle le abroncaban. Era subir Duran al escenario y el auditorio se ponía a gritar a pleno pulmón: «¡In… inde… independencia!». Afortunadamente para la paz interna en CiU, nada mejor que apelar a la unidad frente al enemigo común: y este se llama ahora José Ignacio Wert. Unió «tiene y tendrá militantes independentistas», dijo Duran, «y contra más Wert salgan, aún más». Para Duran, la reforma educativa es «el peor ataque desde la muerte de Franco que ha recibido el catalán». «¡Por aquí no pasarán!», concluyó con ademán revolucionario el ahora templado, mañana exaltado, Josep Duran.

ABC 08/12/12