La participación en las elecciones autonómicas del País Vasco del domingo será un hecho determinante en el ahora incierto resultado donde está en juego la posibilidad de que el partido pro etarra EH Bildu se convierta en la primera fuerza política de Euskadi, gracias al ‘blanqueo’ que a los herederos políticos de ETA le han ofrecido en los últimos años los gobiernos nacional y autonómico de Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar, desde el PSOE y el PNV.
En las elecciones autonómicas vascas de 2020 el número de votantes ascendió a los 888.729, mientras que en los comicios generales del pasado 23-J de 2024 el porcentaje de votantes en el País Vasco llegó hasta el 1.149.703. Lo que supuso un incremento de 260.574 electores, que en su mayoría beneficiaron a: PSE (+69.684) y PP (+72.671). Sobre todo en el menoscabo de un PNV que perdió 72.671 votos en las generales mientras EH Bildu subía 26.595 votantes y anunciaba el deterioro electoral del PNV.
Sin embargo, este domingo veremos como queda el mapa político vasco y si los últimos acontecimientos han alterado las previsiones demoscópicas ante el revuelo provocado por el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, que dejó en absoluta evidencia el ‘blanqueo’ de Sánchez y Ortuzar a Otegui, cuando negó la condición de banda terrorista de ETA. Y ello por más que luego ha pedido perdón a las víctimas de ETA.
Y lo que tarde y mal han intentado compensar el PSOE llamándole cobarde a Otxandiano y el PNV diciendo que terrorismo solo es terrorismo. Aunque puede que estas tibias rectificaciones no afecten mucho al resultado porque en las últimas encuestas se anuncia la victoria de EH Bildu.
Lo que no va a servir para un vuelco en el Gobierno Vasco salvo que Otegui, que apoyó la investidura de Sánchez, le amenace ahora con romper los pactos de legislatura. Lo que tampoco parece viable ni lograría impedir que el PNV continúe presidiendo el Gobierno de Vitoria con la ayuda del PSE e Imanol Pradales como nuevo lehendakari.
Alineado junto a Puigdemont
Aunque el resultado electoral confirmará el deterioro del PNV y no solo por el blanqueo de Bildu sino por su creciente radicalización soberanista con un Ortuzar que se alinea cada vez más con el separatista Puigdemont, delincuente prófugo de la Justicia y líder de Junts, a quien Ortuzar fue a visitar y rendir pleitesía a Waterloo.
El PNV volverá a gobernar en Euskadi con apoyo del PSOE. Lo que aceptará Bildu a cambio de nuevas medidas de gracia y reducción de condenas -por la vía del ‘tercer grado’- para los presos de ETA. Y a la espera de que en un tiempo no lejano Sánchez, si continúa en el poder, acabe proponiendo una segunda amnistía para los etarras.
Lo que no habría que descartar, vista su trayectoria y complicidades nacionales con Otegui, Puigdemont y Junqueras, e internacionales con los grupos terroristas de Hamás y milicias huties, y recientemente con Irán, país al que Sánchez tardó en condenar tras su reciente ataque a Israel. Lo que está obligando a Sánchez a aplazar el reconocimiento del Estado de Palestina, que él pensaba hacer en los próximos días con vistas a las elecciones europeas del 9 de junio, y para el que por ahora no cuenta con el apoyo de otros países europeos.
Por lo demás, vamos a ver si el PP de Feijóo consigue superar este domingo su listón de los 6 diputados vascos (esperan 7/8) y si la candidatura de Vox conserva el único diputado que tenían por Vitoria lo que estaría por ver si se confirma el ascenso del PP y un retroceso general de Vox.
La campaña electoral de las elecciones autonómicas del País Vasco se inició con ‘dos elefantes’, de los que nadie hablaba, camuflados en la ‘habitación’: ETA y la independencia
Como está por ver qué ocurrirá con los 6 escaños y los 72.113 votos que logró Podemos en el País Vasco en 2020, porque ahora van con dos candidaturas enfrentadas de Sumar y Podemos y corren el riesgo de desaparecer en el País Vasco como en Galicia. Y entre otras cosas por haber apoyado a EH Bildu, que será el partido que los va a fagocitar.
La campaña electoral de las elecciones autonómicas del País Vasco se inició con ‘dos elefantes’, de los que nadie hablaba, camuflados en la ‘habitación’: ETA y la independencia. El paquidermo de ETA ya lo ha sacado a pasear el candidato de Bildu, Otxandiano, negando el terrorismo etarra. Y el elefante de la independencia lo acabará paseando Ortuzar si Puigdemont consigue ganar a ERC las elecciones catalanas del 12 de mayo y regresa triunfante a la Generalitat.
En cualquier caso, el ascenso anunciado de los pro etarras de EH Bildu en los comicios de este domingo constituye una afrenta y una agresión política y moral a las víctimas de ETA, y en lo que Sánchez -que gobierna con Bildu en Navarra y Pamplona-, tiene una altísima responsabilidad.