EH Bildu se ofrece al PNV para abrir una ‘vía vasca’ y que Euskadi tenga «casa propia»

EL CORREO 20/09/13

· Mintegi cree que el nuevo estatus de Urkullu es «pan para hoy y hambre para mañana» y que la independencia permitirá superar la crisis.

VITORIA. «El objetivo no es sobrevivir» sino «hacer una apuesta de futuro, tener una casa propia, una habitación, un espacio propio al fin y al cabo». Laura Mintegi ofreció al PNV acuerdos para impulsar una «vía vasca» similar a la emprendida en Cataluña y poder impulsar así un proceso hacia la independencia de Euskadi. La portavoz de EH Bildu reiteró la apuesta que los cuatro partidos de la coalición abertzale habían realizado el domingo en Bilbao bajo el nombre en euskera de ‘euskal bidea’.

El proyecto trata de aprovechar la ola propulsada por Cataluña y Escocia y se presenta en clara contraposición del nuevo estatus para el País Vasco que propugna el lehendakari Iñigo Urkullu. Una iniciativa la del PNV que, en palabras de Mintegi, es «pan para hoy y hambre para mañana». «Ha dibujado –en alusión al jefe del Ejecutivo autónomo– este pedazo de Euskal Herria como un satélite de un universo que está en alguna parte. Tan sólo propone parches para sobrevivir, pero sin perspectivas».

La líder de EH Bildu abogó por ir más allá y «mirar a futuro», hacia la independencia. Porque, subrayó, el objetivo de su formación «no es sobrevivir», sino «hacer una apuesta de futuro, tener una casa propia». Y apostó por la «soberanía de Euskal Herria» como solución a la crisis económica. Depender de España –un país que, recalcó, «no es soberano» porque está en «manos de acreedores» que le obligan, incluso, a «cambiar su propia Constitución»– no tiene, en su opinión, sentido y dificulta la salida de la crisis. «La ‘vía vasca’ –insistió–, por ideología o por interés, es beneficioso para los que vivimos y trabajamos aquí».

Aludió así a la «deuda pública de 942.758 millones de euros» que mantiene España, «una deuda impagable», y advirtió de que «Euskal Herria no puede ceder su propia soberanía a un país que ni siquiera es dueño de sí mismo». La portavoz abertzale justificó sus palabras con un ejemplo: todos los partidos coinciden en que «las competencias» de las que se encarga Euskadi «se han gestionado mejor que las que están centralizadas».

Sabino Arana y el GPS

Mintegi no explicó cuál es la fórmula que la coalición propugna para activar esa vía hacia la independencia, sino que se mostró dispuesta a hablar con el PNV de cómo ponerla en marcha. Ya en el turno de réplica lamentó que los jeltzales lleven «118 años», desde Sabino Arana, «en la vía vasca», pero que no sean capaces de emprender ese camino. «Será que les falla el GPS», ironizó.

La dirigente abertzale se abrió, incluso, a la participación del PSE porque «los acuerdos son imprescindibles para crear un espacio propio» y porque «solos» no puede emprenderse el camino hacia la secesión. Mintegi criticó, en este sentido, el pacto alcanzado por PNV y PSE, que da estabilidad al Gobierno vasco. Acusó a ambos partidos de haber convertido «en virtud su debilidad» y lamentó que no se hubiera abierto un debate «en serio» sobre «qué Euskal Herria concebimos y qué medidas tomamos para lograr esa Euskal Herria».

La líder de EH Bildu centró su discurso en cuestiones económicas y arrinconó aspectos relacionados con la violencia terrorista –no citó ni una vez a ETA– o la revisión del pasado por parte de la izquierda abertzale. Abundó en las cifras económicas. Lamentó que «la pobreza se está cronificando» en Euskadi y exigió al Gobierno vasco que apueste por el reparto del trabajo, aumentando la jornada laboral cuando en su opinión se debería recortar jornada para que varias personas compartan puestos. Censuró que PNV y PSE no hayan aprovechado su pacto para «destinar los 378 millones del Tren de Alta Velocidad a políticas sociales» y se mostró convencida de que «el sistema de avales» para apoyar la actividad productiva «es inútil». Y puso como ejemplo las compañías que, tras recibir ayudas, se han acogido a EREs han quebrado o han trasladado sus fábricas a otras comunidades.

EL CORREO 20/09/13