EL MUNDO 19/11/13
· El 72% votaría en contra de la separación y el 68% se oponea mejorar la financiación para solucionar este problema
En la cuestión catalana los ciudadanos consultados por Sigma Dos para EL MUNDO tienen pocas dudas: sobre el futuro de España votamos todos. El 76,4% considera que en la hipótesis de una posible separación de Cataluña todos los españoles tienen que tener voz. Una mayoría que, además, se refleja en porcentajes muy similares en todos los segmentos de población analizados. Los jóvenes son los más rotundos, con un 80%, sólo superados por los votantes del PP, que se pronuncian en ese sentido en un 93,9%. La respuesta más débil, pero con todo mayoritaria, se produce entre los votantes de IU, con un 63%.
Hay, por tanto, un 35% de votantes de IU que sí consideran que una eventual ruptura de España a causa de la secesión de Cataluña es cosa que compete en exclusiva a los catalanes.
Por descontado, la mayoría dice que si se celebrase en toda España un referéndum sobre esta cuestión votaría en contra de la separación de Cataluña. Y aquí no hay diferencias dignas de mención. El 71,9% votaría que Cataluña es parte de España y que así debe seguir siendo.
Preguntados por la posibilidad, muy cierta, de que en el Parlamento catalán se apruebe una resolución en la que se pida al Congreso de los Diputados que delegue la competencia para organizar un referéndum secesionista en Cataluña, hay un 59,7% en el cómputo general que se niega a que se dé semejante autorización. Pero hay un 32% que, en clara contradicción con lo anterior, se muestra dispuesto a que el Congreso autorice la cesión de esta competencia exclusiva del Estado. Lo cual es tanto como decir que la hipotética separación de Cataluña de España es un asunto que concierne en exclusiva a los catalanes.
Y lo más llamativo es que del 80% de los jóvenes que ha asegurado que la decisión sobre la separación de Cataluña es cosa sobre la que tienen que opinar todos los españoles, en este caso relativo a la autorización de la celebración de un referéndum, hay un 51,5% que se muestra favorable a eso.
Pero más llamativa es la contradicción en la que incurren los votantes de IU, porque en esta respuesta son mayoría los partidarios de que el Congreso acepte la cesión de la competencia para que los independentistas catalanes celebren su consulta secesionista. Ahí el votante del PP y del PSOE se mantiene firme en la negativa a esa hipótesis, aunque los socialistas componen un notable 36% dispuesto a autorizar la cesión. Es el efecto que ha tenido la astuta estrategia de bautizar al referéndum secesionista con el inmaculado nombre de derecho a decidir,anteel que muchos ingenuos se rinden.
Ahora bien, la coherencia vuelve a su sitio en la siguiente respuesta. Ante la hipótesis, muy cierta, de que el Congreso no autorizase la realización del referéndum pero el Parlamento catalán elaborase una ley de consultas para eludir la prohibición, el 65,5% de los consultados dice que el Gobierno debería recurrir esa decisión ante el Tribunal Constitucional. La proporción de respuestas es similar en todos los apartados e incluso en el entorno de IU son mayoría quienes consideran que no se puede burlar al Parlamento español.
Pero cuando entramos ya a mayores, esa mayoría se difumina considerablemente. Porque la pregunta se refiere ya a situaciones de hecho que están previstas en la Constitución, pero que son de difícil retorno. Si a pesar de todo, la Generalitat se empeñara en celebrar la consulta, ¿debería el Gobierno suspender la autonomía catalana? Y aquí las respuestas son mucho más matizadas. No hay en este caso unas mayorías rotundas, prueba de que la cuestión es peliaguda por la rotundidad del gesto y por lo incierto de los pasos subsiguientes. Con todo, hay un 48,2% que se inclina por suspender la autonomía, porcentaje que se mantiene más o menos estable en todos los segmentos con dos excepciones de signo contrario: los votantes del PP partidarios de esa medida son casi el 68%, mientras que los seguidores de IU se oponen mayoritariamente a la suspensión.
Hay un acuerdo mayoritario (68,3%) en no mejorar la financiación de Cataluña para que se sienta más a gusto dentro de España. La opinión de los consultados tiene que ver con el sentimiento de que la pertenencia a un grupo social, a una nación, no puede ni debe negociarse así, es decir, comprándose. Ni tampoco compensar las tensiones secesionistas con un trato de favor financieramente hablando, que fuera en detrimento de las demás comunidades de España. De manera que si el Gobierno tuviera la tentación de tratar de dirimir o neutralizar las tensiones con los independentistas por esa vía, se encontraría con la oposición de buena parte de la opinión pública española.
Por lo que se refiere al comportamiento del presidente del Gobierno en relación con el problema planteado en estos momentos en Cataluña, la opinión mayoritaria es la de que debería ser más firme. Hay que fijarse en las respuestas dadas por los votantes de los distintos partidos, porque aquí están las discrepancias de la vida política. El seguidor del PP le reclama vigorosamente, con un 62,3%, al presidente del Gobierno y de su partido más firmeza frente a los independentistas. El seguidor del PSOE, por el contrario, le pide de forma mayoritaria, con un 44,4%, más receptividad, al igual que lo hace el de IU, con un 46,8%. El de UPyD se coloca por su parte en la posición de pedir más firmeza, con una mayoría del 47,8%.
Al final, la mayoría está de acuerdo en que el problema con Cataluña no es de falta de diálogo. Pero hay porcentajes significativos que creen que hay que hablar.