- El plan de ahorro energético es una chapuza técnica y jurídica, constituye un claro abuso de poder contra la propiedad privada y sólo servirá para que el Gobierno multiplique sus ingresos con nuevos impuestos a la factura de la luz.
El real decreto 14/2022 de medidas de ahorro, eficiencia energética y de reducción de la dependencia energética del gas natural (que entra en vigor esta noche a las 00:00) es una chapuza técnica y jurídica.
Después de una extensa introducción que culpa de la escasez energética a la guerra de Ucrania (que no a Vladímir Putin y su Gobierno), el real decreto desarrolla varios artículos.
Pero el número 29 se lleva toda la gloria.
Titulado Plan de choque de ahorro y gestión energética en climatización, el artículo 29 dice que en los edificios de uso público o privado de alta concurrencia (cines, teatros, supermercados) la temperatura de la calefacción no podrá superar los 19 grados (antes 21). La de refrigeración no será inferior a los 27 (antes 26).
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Posteriormente, indica en su apartado 4: “El alumbrado de escaparates deberá mantenerse apagado desde las 22:00, así como el de los edificios públicos”.
Esto es un claro abuso de poder contra la propiedad privada. Una medida inconstitucional a todas luces, además de ineficaz. El real decreto indica además cuándo se apagan las luces, pero no durante cuánto tiempo. ¿No es incongruente?
«Para cargar la batería de un único coche eléctrico se necesita la luz de veinticinco escaparates iluminados durante toda una noche»
Supongamos que tengo un coche eléctrico que cargo a diario. El consumo eléctrico necesario para cargar ese vehículo rondará los 20 kWh. Pero un escaparate medio de la ciudad de Madrid tiene un consumo de 0,8 kWh durante la noche.
Es decir, que para cargar la batería de un único coche eléctrico necesitaré la luz de veinticinco escaparates iluminados durante toda una noche. Ambos, además, adquieren la electricidad de la red general. No de energías renovables (porque estas no inyectan a la red por la noche), sino de energías que provienen principalmente del ciclo combinado, donde el gas natural es la principal fuente de producción eléctrica junto con el carbón.
La conclusión es que la dependencia del gas natural es veinticinco veces mayor en un coche eléctrico que en un escaparate.
Estoy a favor del uso del coche eléctrico. Pero estoy en contra del ataque a la propiedad privada. Como lo es cualquier comercio que tenga un escaparate.
Lo inteligente hubiera sido, como bien ha señalado la Comunidad de Madrid, eliminar los nueve impuestos que disparan los recibos de la luz más de un 60% y que dependen del Gobierno de Pedro Sánchez.
«Hay soluciones a la falta de suministro de gas de otros países, como el impulso de la producción de electricidad con energía nuclear o la generación de gas natural a través del fracking»
¿Cuánto consume el avión presidencial del presidente del Gobierno durante un viaje a la Mareta (lugar de vacaciones de la familia Sánchez)?
48.000 kWh de electricidad.
Así, un viaje vacacional de Sánchez equivale a dejar sin iluminación 50.000 escaparates en toda España durante un día.
A partir de noviembre, la demanda eléctrica nocturna podría ser incapaz de apoyarse en el ciclo combinado por la falta de gas ruso. Pero Sánchez prefiere no utilizar la energía nuclear por sus pactos con sus socios de Gobierno. Unos socios que desconocen, por ignorancia, que la energía nuclear no afecta al calentamiento global del planeta.
Y por ello no le quedará más remedio al presidente que aumentar el consumo de carbón, que sí que es altamente contaminante, además del principal productor del efecto invernadero.
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En resumen. Dado que Sánchez ha volado todos los puentes de suministro de gas natural desde Argelia al cambiar la posición de España sobre el Sáhara, el carbón será la base de la producción de energía eléctrica por las noches. El carbón, además, paga unos impuestos muy elevados por las penalizaciones por contaminación de la Unión Europea.
En España hay soluciones a la falta de suministro de gas de otros países. Por ejemplo, el impulso de la producción de electricidad con energía nuclear. O la generación de gas natural a través del fracking, que fue prohibido en España por el Gobierno socialista en 2021. De nuevo, por presiones de sus socios de Gobierno y absoluta ignorancia del proceso de producción de ese gas.
Tras este absurdo real decreto nos vemos abocados a una descomunal subida de la factura eléctrica a partir de noviembre de 2022, cuando entre el frío en los hogares españoles. Los grandes perjudicados serán los españoles. Y el gran beneficiado, el Gobierno de Sánchez, que multiplicará sus ingresos gracias a los mencionados nueve impuestos con los que carga la factura de la luz.
*** Daniel Portero de la Torre es diputado del PP en la Asamblea de Madrid y presidente de Dignidad y Justicia.