ABC, 14/8/11
Un edil del PP y otro del PSE asisten al tradicional cañonazo desde otro balcón del Ayuntamiento
Un concejal del PP y otro del PSOE en balcones aparte. Y para de contar. El alcalde de San Sebastián, el bildutarra Juan Carlos Izagirre, no tuvo apoyo alguno en su primer cañonazo, acto que da inicio a la Semana Grande de San Sebastián. «Es difícil compaginar la presencia con Bildu en el balcón tal y como están gobernando, o más bien cómo no están gobernando», admitía ayer a ABC el concejal socialista Miguel Ángel Díaz, quien presenció el «cañonazo» desde un balcón lateral del consistorio donostiarra.
Algunos apuntaban a que quizá hubiera miedo a que se invitara a familiares de presos o a alguna otra persona relacionada con la«izquierda abertzale». Pero para Vicente García, concejal popular en el Ayuntamiento, que tampoco compartió balconada con el alcalde, «visto lo que sucedió en el inicio de las fiestas de Vitoria y la polémica que se suscitó, lo lógico, como así ha sido, es que se tuviera un poco de sentido común». Y, efectivamente, así fue. El primer edil bildutarra optó por no provocar ruido político y no invitó a familiares de los presos de ETA. Es más, ni siquiera estuvieron todos sus compañeros de coalición. Sólo cuatro de los ocho concejales de la formación abertzale arroparon al regidor.
Desmotivación
Los socialistas pusieron la excusa de que después de más de veinte años organizando los festejos ya tenían ganas de tomarse un descanso; y el resto, que con Bildu al frente del Ayuntamiento se les habían quitado las ganas de asistir. Y es que la mano de Bildu se ha notado en seguida. Envalentonado con el gobierno municipal de la coalición, un grupo de personas con pancartas alusivas al acercamiento de los presos de ETA ocupó una parte cercana al cañón desde el que se daba inicio a las fiestas. Y se colocaron estratégicamente, donde pudieran ser captados por cámaras de televisión y fotógrafos. «Hacía muchos años que no había esas pancartas en el momento del cañonazo», aseguraba Vicente García.
Con anterioridad al arranque oficial de la Semana Grande, el portavoz del Gobierno, José Blanco, advertía a los bildutarras de que «están siendo vigilados», por lo que, en el momento en que incumplan la ley, el mismo Tribunal Constitucional que «les permitió presentarse» a las municipales podría impedírselo en las generales.
Desde el PP, su secretaria general, Dolores de Cospedal, consideró que ya existen pruebas suficientes para actuar contra Bildu, por lo que se mostró sorprendida de que el Gobierno no lo haya hecho ya. Por ello, aseguró que el PP trabajará para que la coalición no esté el 20 de noviembre.
Pero el alcalde de San Sebastián se cuidó de no dar pie a las consignas proetarras en la Semana Grande y ayer mismo aseguró que «no hay que dar importancia a ningún tipo de expresión política durante las fiestas. Queremos unas fiestas tranquilas, en paz, en las que disfrutemos todos». Y él sí que disfrutó porque, agarrado a sus cuatro concejales de Bildu, bailó sonriente en el balcón principal al son de la música de la banda municipal. Los otros dos ediles, del PP y del PSE, no bailaron tanto, aunque sí disfrutaron del acto. «En fiestas todos debemos tratar de disfrutar», auguraba el socialista.
Es cierto que para cuando Bildu accedió a la alcaldía, el calendario de fiestas y, por supuesto, su dotación económica, estaban ya prácticamente cerrados, pero el alcalde, Juan Carlos Izaguirre, no tardó en poner su sello al eliminar del programa dos conciertos para colocar en su lugar la actuación de dos bandas de claras tendencias proetarras. Tanto el concejal socialista como el popular denuncian que Izagirre no les comentó nada ni tampoco les pidió su opinión. Y eso que Bildu gobierna en minoría. Y es que, aunque Miguel Ángel Díaz prefirió otorgar a Izaguirre los cien días de rigor antes de dar su opinión, coincidió con el popular en que el cambio de partido político al frente del consistorio donostiarra se ha notado desde el primer momento.
Ciudad paralizada
Díaz afirma que Juan Carlos Izagirre «no gobierna»; el popular Vicente García opina que «directamente, la ciudad corre el riesgo de quedar paralizada». Pero no se refiere al descenso de actividad que suponen habitualmente las fiestas, sino a que todas las propuestas del PP reciben un «no» como respuesta, y el resto de asuntos o estaban ya previstos o presupuestados de antemano. Es el caso de la estación de autobuses, el Tren de Alta Velocidad o la incineradora. Así, todo «se encuentra en estos momentos paralizado».
ABC, 14/8/11