El alcalde zurumbático

FÉLIX MADERO, ABC 28/04/14

· El lío existencial de Xavier Trias podría ser la pregunta para el referéndum: ¿se siente usted catalán y si esto es ser español le va bien? ¿Sí? ¿No?

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, se siente catalán, pero no sabe si es español. Así se lo ha dicho a Mayte Alcaraz en ABC, y así es como me entero de semejante declaración. Estamos ante una tautología, un oxímoron que no se quiere reconocer, o es solo una baratija expresada con voluntad de pensamiento político. Cualquier cosa, pero no ante una provocación que, como Baura tiene aquí escrito, es la herramienta de los valientes, los listos, los impetuosos y los que nunca retuercen las palabras. Se siente catalán y, si eso es sentirse español, a él le va bien.

Lo tiene claro, pero se calla y se lía. No desea ir más lejos. Quizá, no sé, piensa que no es mala idea esa de ser catalán y español, pero quién dice eso en este momento…

No deseo faltar, que no es marca de esta casa ni de quien firma esto, pero hacía mucho que no leía una majadería tan grande. Lo diré con la primera palabra que llegó a mi cabeza cuando por segunda vez leí semejante declaración: ¡qué gilipollez! Hay que ver las vueltas que dan para no salirse de la órbita que marca en la manada el macho alfa. Yo me siento hombre, y si esto permite que piense y lo pensado lo expreso con el lenguaje, a mí me va bien. ¿Qué les parece el razonamiento? Creo que notan que cuanto más cerca estamos de unas elecciones aumenta proporcionalmente el número de despropósitos y fruslerías en boca de políticos.

Trias no tiene claro lo que es más allá de ser catalán. Debo colegir que, aunque se adentra en la espesa oscuridad de las palabras y los conceptos, a él no le va mal tampoco siendo español, pero eso que lo piensen los demás. No acaba el lío en su naturaleza catalana y/o española. Lo mismo le sucede con la independencia improbable que defiende su jefe, amigo y vecino Artur Mas. A saber: no soy independiente, pero votaré a favor de la independencia. Ya ven ustedes que se confirma aquello que dijera Gómez de la Serna, que todas la pompas son fúnebres. Lo son también las que se construyen con palabras y contradicciones. Cataluña –y ahora es a mí al que le viene bien decir España– está llena de tipos funerarios que llenan los despachos, escaños y alcaldías.

El lío existencial y tremendo del alcalde podría ser la pregunta para el referéndum anunciada el 9 de noviembre: ¿se siente usted catalán y si esto es ser español le va bien? ¿Sí? ¿No? Miren que estoy a punto de rectificar y de dar a Trias categoría de descomunal hallazgo político. Pero tengo dudas. Puede que suceda como en la novela de García Márquez «Cien años de soledad». Úrsula Iguarán ve cómo sus hijos, José Arcadio y Aureliano, andan ansiosos, sufridores, asustados e infelices. Estos niños, dice Úrsula, andan zurumbáticos. Y es ella quien lo explica: deben de tener lombrices.

Puede que interese saber que zurumbático significa lelo, pasmado y aturdido. Quizá no esté de menos explicarlo en tiempos en los que leemos lo que nunca pudimos imaginar.

FÉLIX MADERO, ABC 28/04/14