El cadáver político

EL MUNDO – 14/07/16 – LUIS MARÍA ANSON

· PEDRO Sánchez –me dice un relevante político del PSOE, mientras cenamos en una terraza acosados por el calor y el ruido– sabe que tiene los días contados. No es de recibo permanecer impávido cuando en dos elecciones consecutivas ha sumido al partido en el peor resultado de su historia.

–Evitó, sin embargo, –le respondo– el sorpasso de Podemos.

–No. El sorpasso se ha eludido gracias a las divisiones internas del grupo podemita y al rechazo que en la izquierda democrática produce el extremismo y el solo nombre del Partido Comunista que permanece en Izquierda Unida.

Mi interlocutor me habla con sosiego, los ojos encanecidos, las orejas en su lugar de descanso, el pelo alborotado.

–Tal vez tengas razón –le digo–. Pero me parece que Pedro Sánchez no está dispuesto a reconocer su fracaso.

–No lo está. Es un cadáver político. Y no se da cuenta. Hoy permanece como secretario general porque nadie quiere tragarse el marrón de negociar la investidura. Pero no tengas la menor duda de que en otoño le enviaremos a casa en el Congreso del partido.

–Mientras tanto, le habéis dejado que condicione el futuro Gobierno y que incluso pueda provocar nuevas elecciones.

–Eso, ni hablar. Si el Partido Popular, mejor sin Rajoy, pero incluso con Rajoy, llega a un acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria, entonces el PSOE, bien por la abstención de algunos diputados o bien por su au- sencia, evitará nuevas elecciones y permitirá que se arbitre un nuevo Gobierno. Josep Borrell lo ha explica-do muy claro y luego se ha sumado Felipe, aunque su artículo resultara un poco farragoso.

–Se trataría de un Gobierno en precario.

–Pues claro, querido Anson. Un Gobierno que difícilmente aguantará los dos años. Solo la gran coalición, la del PSOE y el PP, evitaría la precariedad.

–¿Y entonces?

–Sería un suicidio dejar a Podemos el liderazgo de la oposición. Corresponde al PSOE desempeñar esa función y continuar como alternativa en unas nuevas elecciones. Espero que Sánchez en la reunión de hoy le haya dejado esto muy claro a Rajoy.

–Muchos de tus compañeros socialistas me han dicho lo mismo.

–Naturalmente. A Mariano Rajoy no le ha dado la gana de reformar la ley electoral y así nos luce la cabellera en esta España casi ingobernable. Tampoco quiso enfrentarse con la reforma constitucional que era la clave para regenerar el país y yugular el secesionismo catalán. Los catalanes tienen derecho a decidir pero votando con el resto de los españoles tal y como en última instancia exige la Constitución.

–¿Y ahora?

–Ahora, con la geografía electoral y parlamentaria actual resultaría demasiado complicado abordar la reforma constitucional.

–Veo que no eres optimista. Y tampoco estoy seguro de tus vaticinios sobre Pedro Sánchez. Es un cadáver político, tienes razón. Pero de cuerpo presente.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.