En términos coloquiales y populares, a lo que ha venido haciendo este Gobierno con Sánchez de Presidente del mismo, se diría que «no tienen perdón de Dios».
Pero es posible que tenga el perdón de muchos, a los que por personal costumbre de subjetivismo afectivo a unas siglas, les sigan votando. Aunque como dijera alguien que sabe bastante de la historia del PSOE, como Ignacio Varela, no hay un partido de 150 años, sino 5 partidos diferentes que han usado las mismas siglas durante 150 años.
Conozco infinidad de allegados que votaron PSOE en 1982, además de un servidor y Feijoo. De los militantes más activos y, creo, que lúcidos, que conocí en mi aventura como independiente en el Parlamento Vasco, en la aciaga legislatura en la que asesinaron a Fernando Buesa y su escolta, ya nadie está en el PSE-PSOE. Y me consta personalmente que no disponen ni de su voto.
Recuerdo que Mario Onaindía, que también estaba en la línea de promover la alternativa constitucionalista que encabezó Nicolás Redondo Terreros, cuando Nicolás dimitió por presiones, en algún caso indecentes, y Ramón Jauregui se hizo cargo de presidir la gestora del PSE.PSOE, realizó las declaraciones en las que confesaba que incurriría en la anomalía nada neutral de su papel, para variar el rumbo del partido hacia un acercamiento al PNV, que había realizado el acuerdo con EA y con ETA en Estella.
Realicé un artículo crítico en El País del que Mario, a través de Teo Uriarte manifestaba su deshazón a lo que estaba ocurriendo y su acuerdo con mi exposición. Pero sugirió que mejor lo hiciera yo, porque su papel dentro del PSOE y su proximidad personal a Ramón Jauregui , hacía más adecuado no explicitar su acuerdo público con mi crítica, que compartía.
A partir de ahí vino la debacle del PSE-PSOE. Si bien Patxi López alcanzó la Lehendakaritza por la generosidad del PP. Que recibieron del mismo Patxi López más desaires y desprecio que los que asesinaron a compañeros de su Partido.
Pues para finalizar el comentario, les sugiero a los que todavía no encuentran motivos suficientes para no votar al PSE-PSOE, que se lean el artículo de José Antonio Zarzalejos. Y los que habitualmente escribe Ignacio Varela.
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