Armando Zerolo-El Español
 

Nos hemos hartado de Podemos. De sus ocurrencias sacadas de un laboratorio de ideas de Somosaguas. De los grititos histéricos de noches bobas en Malasaña. De la actitud de una adolescencia eterna.

Claro que nos hemos hartado. No se ha regenerado la democracia. Se han consolidado las oligarquías. Si no puedes con la casta, únete a ella.

No se ha solucionado el problema de la vulnerabilidad de las mujeres.

La calidad del trabajo y los abusos y beneficios de las grandes empresas siguen ahí.

La reforma laboral ha vuelto aún más precario el trabajo.

La clase media sigue degradándose.

Las instituciones se han degradado y el desafecto ha crecido.

El feminismo clásico no puede construir nada positivo porque el feminismo radical calla su voz.

Los perros aúllan al amanecer viendo quiénes son sus protectores.

Y cada ley provoca el efecto contrario al deseado.

Vida perra esta la de regentar un circo antisistema y que te crezcan los enanos.

Podemos se ha encontrado con una sociedad refleja, una opinión espejo que le devuelve todo lo que le lanza. Sí, en efecto, estamos hartos de Podemos. Nosotros sí estamos hartos. Y se nota en la intención de voto.

¿Pero Sánchez se ha hartado de Podemos? ¿O más bien se ha hartado de las encuestas?

La alfombra roja era la esperanza de esos socialistas sensatos que todavía abundan, aunque no se les oiga entre tanto gritito histérico. La mayoría de ellos, los más independientes, fueron expulsados hace tiempo para sustituirlos por adeptos al partido de Pedro Sánchez.

[El PSOE se harta de Irene Montero: el 90% de sus votantes pide reformar el ‘sí es sí’ aunque rompan]

Creían de buena fe que la alfombra roja de las instituciones había moderado el populismo de extrema izquierda. De verdad pensaban que se podían volver sensatos al comprender que el poder político se ajusta a la realidad de los hechos. Pensaban que «el sistema» había podido con el activismo ideológico y que aquellos niños se cortarían la coleta, hasta que vieron que salieron ellos antes que sus colegas podemitas.

¿Quién les iba a decir a ellos que Irene Montero sería la última en caer, y que mucho antes caerían todos ellos?

Ojalá nos demos cuenta con esto de que no se puede delegar en «la alfombra roja» la responsabilidad de moderar y en su caso expulsar a los antisistema. Ni las alfombras, ni las butacas, ni los despachos, gobiernan solos.

Gobernar es responsabilidad personal del jefe del Ejecutivo, y su primera función es elegir y controlar a los suyos. La otra responsabilidad, derivada de la primera, y aún más importante, es proteger esa «alfombra roja» de los que no quieren pisarla, sino pisotearla. Ella no les va a educar, tú tienes que cuidarla.

Pedro Sánchez se está hartando de Podemos, o eso quiere hacernos creer. Es la última estrategia de comunicación para salvar la nave. El enésimo invento para eludir su responsabilidad personal. Ahora prefiere a ERC y EH Bildu. Parece que le dan menos la lata o que tienen menor coste electoral.

No cabe duda de que se ha hartado de pagar el precio electoral de tenerlos en el Gobierno. Pero hay buenas razones para pensar que comulga con sus ideas de «progresismo» y de modelo de una «España futura». La única salvedad es que ese viaje hacia otra realidad le gustaría recorrerlo solo, sin esos incómodos socios de Gobierno que osan llevarle la contraria.

La verdad es que nosotros nos hemos hartado de Podemos. Pero Sánchez sólo se ha hartado de las encuestas.