Yo no pude seguir la gala de los Goya porque me pasó como a Louella Parsons: Yo también tenía plancha. Luego he oído todo lo que has contado de Antonio de la Torre y algo más: dijo que si ganaba la película de Fermín Muguruza sobre la fuga de dos etarras de la cárcel de Martutene, él pensaba entregarle el cabezón cantando ‘Sarri, Sarri’ la canción de Kortatu sobre la fuga.

Yo sigo muy de cerca el cine español. Este fin de semana he visto dos: El 7º día, una buena película de Saura sobre la matanza de Puerro Hurraco. Y el viernes Garci nos ofreció una obra maestra de Fernando Fernán Gómez: ‘El extraño viaje’.

Irene Montero: Ya es habitual que haya cargos públicos del PP creando odio y violencia política de lo más asquerosa. Reconozco el ‘no todo vale’ de Feijóo, pero mientras sus portavoces  repitan cada día que soy/somos “la mujer de”, muchos lo repetirán de formas más agresivas, como esta. Basta ya”

Tiene razón. Un portavoz de Feijóo: “Yo  creo que es una pena que un día como hoy, 8 de marzo, tengamos que hablar de Ana Botella que representa todo lo contrario a lo que han representado tantas mujeres valientes en la historia. Es la que encarna ser esposa de, nombrada por, sin preparación, relaxing cup of café con leche y además belicista. Una mujer cuya única fuerza viene de ser esposa de su marido y de los amigos de su marido. Y en un día como hoy a mí me gustaría felicitar a las mujeres de mi país y  agradecerles que no se parezcan en nada a Ana Botella. Ah, perdón, que eso lo dijo su novio.

Claro que Belarra no estaba dispuesta a quedarse atrás y ha dado la campanada con su ley animalista: Hasta 18 meses de cárcel puede costar matar a escobazos a un ratón que se haya colado en casa.

Manuel Gallardo, presidente de la Real Federación Española de Caza, intervino el viernes en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso, para poner en solfa el invento Belarra sobre los animales. Y puso el siguiente ejemplo:

«Si un ratón entra en la casa de alguno de ustedes y le causan una lesión, por ejemplo, la rotura de una pata, la pena que se impondría sería de 3 a 18 meses de prisión. Si tienen la mala suerte de matarlo, nos iríamos a una pena de entre 12 y 24 meses, pero si además le han dado con la escoba (instrumento) y han repetido el escobazo (ensañamiento) la pena sería la superior en grado y entraría directamente a la cárcel”.

Pastrana comentaba al respecto: “18 meses de cárcel por matar a un ratón a escobazos. Es lo que ocurre cuando te gobierna gente cuya formación intelectual se interrumpió cuamdo veía Tom y Jerry”.

Mi querido Ramón Arcusa colgaba un video espectacular Misterios nunca aclarados: que esta política sea la mejor valorada en todas las encuestas. El video era de Yolanda Díaz que he tenido que reproducir palabra por palabra. Y dice así: “Nunca desvelo las negociaciones que hago a diario. Pido discreción. Cuando se quiere un acuerdo es imprescindible la discreción Pido discreción. Alcancemos un acuerdo, trabajemos para ello,  y por favor discreción, que a veces las formas son más importantes que el fondo. Por tanto, por favor, discreción. Una discreción es clave, por tanto, hago un llamamiento al acuerdo y sí, a la discreción y termino: cuidemos la coalición, llamamiento al acuerdo, discreción y cuidemos la coalición. Estoy haciendo un llamamiento al acuerdo, a la discreción y a cuidar la coalición”.

Madrileo daba noticia de que en la Gala de los Goya se iba a establecer un protocolo anti acoso. “Me deja intrigado lo de este protocolo. ¿Cuántos policías serán necesarios para controlar durante horas las manos y bocas de tantos asistentes? ¿Intervendrán durante la gala y la interrumpirán si hay un manoseo, un tocamiento, un ósculo? ¿Tendrá Iglesias (supongo que acudirá) especial seguimiento? ¿Cuántas cámaras habrá en los lavabos? ¿Seguirán luego a los invitados por los bares, discotecas, y prostíbulos de Sevilla?

Gulliver:

– ¿Quién esta ley criticó?
¡Yo!
– ¿Su resultado es funesto?
¡Por supuesto!
– ¿Si a Pam mando a tomar viento?
¡Consiento!

Es de la ley mandamiento
que es esencial consentir.
Aplicaré el argumento:
si alguien quiere dimitir,
yo, por supuesto, consiento