Javier Elorrieta-Editores
Destaco la intervención sobre la Ley de la Vivienda de JR Rallo.
Estoy encantado. El bodrio intervencionista de La Ley del Gobierno la ha presentado con entusiasmo publicitario la fuerza política de los vencidos por la derrota de ETA.
Por comentar. Más que nada por los que necesitan tener que insistir tanto en la derrota de los que han conseguido llegar a ser portavoces de leyes gubernamentales sin haber asumido tal derrota.. Las derrotas. las de verdad, son evidentes y no necesitan explicación. Cuando la victoria se da no debiera requerir de tanta insistencia demostrativa para que nos la creamos.
Pero lo paradójico en esta «resurrección del Franquismo·» no se ha dado en una liturgia absurda, cainita. No, en el desentierro de su cadáver al albur de una Ley de Memoria Histérica, que se quiere desarrollar por una provocadora y sectaria «Ley de Memoria Democrática» de polarización de este Gobierno, delincuencialmente político en su acción gubernamental y legislativa, denominado «Frankenstein». No . Se ha dado por una Ley de Vivienda con similitudes de intervención estatal, con similitudes como la del franquismo.
Ya lo decía Santiago Armesilla. Poco sospechoso de veleidades liberales: «FRANCO fue más socialista que el PSOE». Tras reconocer que en vísperas de su fallecimiento en cama, por larga enfermedad, España estaba según quien valorara el ranking, en la posición décima o undécima en el mundo. Si en lugar de un comunista confeso, lo hubiera dicho un humilde y sobrevenido simpatizante del liberalismo, con más dudas que certezas, sería arrojado al caldero del «facherio». Aunque queda, tras la magnífica entrevista entre Santiago Armesilla y Quintana Paz, la esperanza de la batalla cultural soportada, no en la centralidad como concepto, sino en el concepto de transversalidad. En ello habrá que insistir.
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