Javier Elorrieta-Editores
Destaco el artículo de Jon Juaristi.
Al final sólo van a conseguir que se hable del pasado, porque quieren ganar una guerra con carácter retroactivo, en tales términos de tergiversación, que conseguirán hacer defensores del Franquismo con carácter retroactivo.
De hecho jamás se ha hablado tanto de la figura de José Antonio Primo de Rivera como después de su exhumación.
Y sobre todo, como les dé a las nuevas generaciones de historiadores por comparar la Dictadura de Franco, su evolución y resultados, con la de la URSS, y especialmente sus países europeos satélites, como Cuba,  en todos los parámetros de desarrollo económico, posibilidades de funcionalidad social, perspectivas de mejora personal, libertad de residencia y movilidad por todo el territorio nacional, posibilidades de emigración regular, legalizada. ETC, iba a salir Franco beneficiado.
Una dictadura que, salvo los muy escasos y expresamente críticos con el Régimen, tenían acceso al pasaporte, a licencia de armas de caza, incluso con 16 años con permiso paterno. Podías trabajar, circular y residir por todo el territorio nacional. Entrar y salir del país. Lo que era imposible en otras dictaduras. Aunque con las libertades de expresión, prensa y asociación conculcadas, pero con  menos intensidad que en las dictaduras comunistas.
Había, aunque fueran limitadas, becas para jóvenes con una probada capacidad de estudio. Tengo allegados de familias humildes que se han jubilado de médicos por estudiar becados. Y alguno con magnífica carrera de químico por estudiar en una Universidad laboral geográficamente lejana a su domicilio familiar. Por cierto, todos antifranquistas declarados. Y todos, el que menos, con una segunda vivienda, y con un patrimonio mobiliario e inmobiliario significativo. En aquella España donde se asentó una perspectiva muy generalizada de mejora económica y social, que hizo que España llegara a la muerte de Franco a ser la décima economía mundial y con una clase media que permitió una transición a una democracia liberal. Como así fue.
Una España, que superados los efectos de la guerra, accedía a bienes de consumo básicos que, por ejemplo, los cubanos hoy no disponen.
Cuba, que hoy siguen, increíblemente, poniendo de referencia enajenados y memos, está, en cualquier parámetro, político. social y económico, en términos de homologación temporal, peor que el 1 de Enero de 1959, día que Fidel Castro entró en La Habana. Viviendo en la actualidad con cartillas de racionamiento de menor acceso a bienes básicos de consumo, que a lo que llegaba una familia de un trabajador cuando se anularon las mismas en España. Con la anomalía de comercios con dos monedas diferentes y un desabastecimiento en las tiendas populares de los mayores del mundo, incluyendo su vecina Haiti.
Los desastres de un ZP, enriqueciéndose como avalista de Maduros, Petros y  Kirchners, y Sánchez, con sus leyes infectas de Memoria Histórica y Democrática, no creo que consigan con tanta deshonestidad política torcer la historia hasta anular la realidad del pasado. Y sea percibido con una enorme falsificación. Aunque esfuerzos hacen.
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