ABC, 22/10/11
La proximidad de las elecciones ha sido clave. Detrás del anuncio están las aspiraciones de Amaiur de llevar al Congreso de los Diputados sus reivindicaciones sobre la independencia del País Vasco. Zapatero y Rubalcaba también salen bien parados
¿Por qué ahora? Es la pregunta del millón ahora mismo y es razonable hacerla tras el anuncio de ETA, ayer y a través del diario «Gara», de que cesaba definitivamente en una actividad criminal que se remonta a más de 50 años de terror. ¿Por qué este 20 de octubre? ¿Por qué a un mes de las elecciones del 20-N? Eso es lo que se preguntan hoy las víctimas, los ciudadanos. Y la respuesta a esa pregunta sobre la que podría ser el acta de defunción expeditiva de los terroristas se encuentra en los siguientes factores:
1-. Desde el comunicado de «alto el fuego» permanente del pasado 10 de enero, no se ha producido ningún atentado de sangre de la banda terrorista. De hecho, no los ha habido desde que en un tiroteo en Francia los fugitivos etarras se cobrasen la vida de un gendarme galo en marzo de 2010, el agente Nérin. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, comenzó este 2011 asegurando que si la sociedad continuaba unida, vería el final definitivo de ETA muy pronto. Poco después de ese comunicado de enero, no obstante, vieron la luz las actas incautadas al etarra Francisco Javier López Peña, alias «Thierry», que revelaban datos tan jugosos como que Zapatero continuó negociando con la banda terrorista tras el atentado de la T-4, con el que, a la luz pública, se daba al traste con la última «tregua trampa» etarra.
Su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, conocía esa negociación con la banda terrorista. Según esas actas levantadas por el terrorista detenido en 2008, «Gorburu», el alias con el que se mentaba a Zapatero, querría pasar a la historia como el presidente del Gobierno que se congratulase del fin de ETA. Unos años después, un mes de octubre, a 30 días de las elecciones generales en las que el PSOE lo tendría más difícil por la gestión de la crisis económica, Zapatero salió ayer ante los flashes agrupados en la sala de prensa del Palacio de Moncloa preparado para la histórica «ocasión». El presidente, casi ausente desde que en julio anunciase que adelantaba los comicios generales, no faltó ayer a la valoración institucional del Ejecutivo central sobre el cese de la banda. Su ministro del Interior desde 2006 y hasta hace cuatro meses, apareció media hora después en Ferraz, con la lectura de una declaración que tenía idénticos mensajes (y hasta frases calcadas) a la que acababa de hacer el presidente del Gobierno.
2-. La presión policial del Estado ha conducido a la banda a un momento de gran debilidad. La gestión al frente de las Fuerzas de Seguridad del Estado y la mano dura contra la banda se atribuye en parte al ministro y hoy candidato Rubalcaba, que confiesa haber llorado mucho en las últimas horas tras conocer el anuncio.
Se felicitaba ayer por la «gran victoria de la democracia» que suponía el comunicado que, a diferencia de otras ocasiones, esta vez tanto las redacciones de los periódicos como los partidos políticos daban por hecho desde hace varias semanas. El runrún de un posible comunicado cobraba peso al regreso de las vacaciones parlamentarias en agosto y ganaba adeptos a cada día que transcurría de cara al 20 de noviembre. El propio presidente del Gobierno y el líder de la oposición coincidían y no por casualidad 24 horas antes del comunicado en anticipar que se lo veían venir. Que era inminente.
3-. Las aspiraciones electorales de Amaiur. La coalición auspiciada por los proetarras en el País Vasco y Navarra para el 20-N pretende hacerse con un grupo parlamentario propio en la Cámara Baja. La «gesta» sería histórica y desde el hemiciclo podría pronunciarse sobre cuestiones como su anhelada consulta popular sobre la independencia del País Vasco. El comunicado de ETA, a un mes de las elecciones, puede aumentar considerablemente la saca de votos favorable a la marca abertzale en el País Vasco y también en Navarra. Ahora, el 20-N, Amaiur podría subir a costa del PNV y obtener hasta cuatro diputados en el País Vasco y otro más en Navarra, según informa hoy ABC. Con cinco diputados, y más de un 15% de votos en las circunscripciones donde se presenta, obtendría automáticamente grupo en el Congreso.
No hay que olvidar que los primeros puestos de la candidatura de la marca electoral Amaiur están copados por batasunos y sus pretensiones antológicas, como brazo político de la banda terrorista que ahora comunica su cese de la violencia, sin dejar las armas en ningún lado, sin disolverse, sin desmantelar sus estructuras militares.
Amaiur quiere ganar fuerza en el Congreso y ganar votos al PNV el 20-N
El pasado 23 de septiembre los presos de la banda terrorista comunicaron su adhesión al Acuerdo de Guernica, que predice que la banda terrorista, con el beneplácito de la comunidad internacional, emprendiese el principio del fin de la actividad armada. Uno días después Patxi López se descolgaba de los mensajes que se habían lanzado hasta entonces por parte de las instituciones penitenciarias y abría la puerta a un posible acercamiento de reclusos etarras a cárceles del País Vasco.
Ekin, que ya había muerto hacía meses y que se consideraba la parte superviviente del aparato político de ETA, cerraba septiembre con el anuncio público de que se disolvía. Esta semana los promotores de Lokarri de la «Conferencia de Paz» en el Palacio de Ayete de San Sebastián se frotaban las manos con los puntos de la declaración suscrita por personalidades de la talla de Kofi Annan o Gerry Adams, y por los ecos mediáticos de este evento. La izquierda abertzale también participó en la reunión denominada por ellos como «reunión de paz».
Los cinco puntos de la «Declaración de Ayete» son exigencias análogas a las que se ha apuntado ETA en sus comunicados públicos y así se ponía la guinda al anuncio de cese de la violencia y principio de la búsqueda de sus pretensiones. De una forma u otra, en plena crisis económica y con los flecos sin resolver de cinco millones de parados, ETA, de una u otra forma, ha vuelto a entrar en campaña.
ABC, 22/10/11