EL MUNDO 30/10/13
El PSOE se rompió ayer en dos en el Congreso: los socialistas españoles por un lado y los catalanes por otro. Una moción de UPyD que rechaza el llamado derecho a decidir de Cataluña provocó anoche la segunda fractura del Grupo Socialista en un año.
El Grupo Socialista en el Congreso se volvió ayer a partir en dos pedazos irreconciliables. Por un lado, los diputados del PSOE votaron en contra del llamado derecho a decidir de Cataluña y a favor de una moción de UPyD que defiende que el titular de la soberanía nacional es todo el pueblo español. En el lado opuesto, 12 diputados del PSC (todos menos dos, que faltaron por enfermedad y por maternidad) se abstuvieron por «coherencia» con la postura que mantienen en Cataluña, como explicaron fuentes de este partido.
La de ayer es la segunda fractura del PSOE en el Congreso en un año. En febrero, 13 diputados del PSC votaron dos resoluciones de CiU y ERC a favor del derecho a decidir. Los socialistas españoles votaron en contra y Carme Chacón se abstuvo.
La moción de UPyD que debatió el Pleno del Congreso rechazaba que «una parte de la ciudadanía pueda decidir sobre la organización territorial del Estado». Es decir, que los catalanes puedan decidir en referéndum separarse de España. «Nadie está por encima de la ley», proclamaba el texto, «y no puede permitirse trocear el cuerpo de la ciudadanía ni redefinir el sujeto de la soberanía nacional». Para UPyD, este sujeto «no es otro que el pueblo español el que puede ejercer el derecho a decidir sobre la unidad de la nación».
Tanto el PP como el PSOE apoyaron la moción, pero cada uno de ellos presentó ayer a Rosa Díez una enmienda para añadir un nuevo párrafo a la moción. El Grupo Socialista propuso añadir que el Congreso proclama que «el Estado de las Autonomías necesita hoy una revisión y una actualización» mediante una reforma de la Constitución que sea «dialogada y acordada». Y que tome como referencia «el funcionamiento de los países federales de la UE».
Tanto el PSOE como el PSC aceptaban votar la moción si incluía esta promesa de cambio constitucional, que es la tercera vía que defienden los socialistas entre el centralismo y el independentismo.
Pero Díez no aceptó ni la del PSOE, ni la del PP. Y propuso a ambos un texto alternativo que no incluía mención alguna a una reforma constitucional. Lo contrario habría sido, según la portavoz de UPyD, «un elemento más de distracción» que «añadiría más confusión donde ya hay mucha».
Díez instó a los socialistas a actuar «con claridad», utilizando la misma palabra que usó Carme Chacón el pasado viernes, cuando reclamó a Rubalcaba que sea «claro» para afrontar el desafío independentista.
La portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez, y la dirección del PSOE en el Congreso se inclinaron por la abstención. De esa forma salvaguardaban la unidad del Grupo.
Sin embargo, Alfredo Pérez Rubalcaba decidió que el voto final fuera sí. La moción de UPyD no hacía más que reafirmar lo que dice la Constitución y el PSOE no se podía oponer a ella aunque la considerara «oportunista». Las presiones que tuvieron que soportar durante toda la tarde tanto Rubalcaba como Rodríguez fueron fuertes. Y finalmente se decidió votar favorablemente al texto de UPyD.
Los diputados del PSC se reunieron ya entrada la noche y decidieron, en coordinación con Barcelona, abstenerse por «coherencia». Aunque así volvieran a romper con el PSOE, como ya ocurrió en febrero.