EL MUNDO 16/05/13
ARCADI ESPADA
Es probable que la clonación, por vez primera en humanos, de células madres embrionarias vuelva a provocar discusiones bioéticas. El trabajo del grupo de científicos norteamericanos dirigido por Shoukhrat Mitalipov tiene una gran importancia. Más científica que terapéutica: hay otros métodos para obtener esas células. Lo decisivo es que deja la clonación humana a un paso, más o menos largo en función de la actitud que tomen los científicos y los políticos. De hecho el ritmo del progreso que adopte la clonación ya casi parece más en manos de los políticos que de los científicos. Para los políticos la clonación trae un sinfín de problemas morales y legislativos y unas aplicaciones prácticas inquietantes. No será fácil contar con su entusiasmo. Los políticos son, por definición, conservadores y tienen una mirada más literaria que científica sobre la realidad. Más sorprendente es encontrar este envejecimiento entre los científicos. Pero existe y es preocupante. Un ejemplo estaba ayer en las palabras con que Jorge Cuadros, un especialista en reproducción, comentaba la noticia para El País: «Los científicos serios ni se lo plantean, porque es algo que no tiene ninguna utilidad. Si alguien quiere tener un hijo y no puede, hay otros métodos muchos más sencillos». ¡Santo cielo, los científicos serios!
«Para los políticos la clonación trae un sinfín de problemas morales y legislativos»
Es evidente que un científico da mal hablando de utilidad. Pero es que, además, sería interesante saber el porcentaje de personas que elegirían tener un hijo que no fuera el resultado de la fusión sino de la reproducción. Y aún más interesante, y más tentador para un científico, especular sobre la información respecto al hombre y su conducta, a la interacción entre genes y ambiente, que podría aportar una suerte de hijogemelo, las razones de cuya ilegalidad o ilegitimidad, por cierto, me parecen más o menos situadas al nivel del matrimonio homosexual. La Academia introduce una disyuntiva en la definición de hijo, que también he visto en francés: «Persona o animal respecto de su padre o de su madre». La posibilidad de la clonación humana que los científicos de Oregón han acercado, sean cuales sean sus intenciones y se diga lo que se diga desde la política o, incluso, desde la política científica, convierte en llamativamente dramática la segunda disyuntiva. O de su padre o de su madre, en efecto.